Andan los venusinos con las reuniones para ver como restructuran el día en función del conteo. Ya que no pueden estirarse ni por delante ni por detrás, al Cachorro -que tiene más nazarenos que cuatro cofradías del día juntas- habrá que darle tiempo quitándoselo a otras. Pero la jornada que coordina José Luís Cantalapiedra encierra otro problema cuya única solución sería una permuta. Montserrat y la Mortaja se bloquean.
La cruz de guía de los primeros tiene que esperar en la Punta del Diamante a que pasen los de Bustos Tavera y estos no avanzan porque los de la Magdalena están parados. ¿Solución? Existen dos posibilidades con lógica: o el cambio entre San Isidoro y Monserrat y estos regresando por el Postigo (¿cabría el Cristo?) o Montserrat cerrando el día. Como se ve, a ningún día le falta su complicación.