El profundo cromatismo de unas alas de plata, que sobre Rosarios de cal la pasión mecen, bambalinas orladas de destellos azules, dimensión Espiritual que al ser conmueve. Blanca brisa que susurra belleza florecida, Paz, a tus pies venero de Santidad, Sagrario Madre del Cuerpo y la Sangre, Oración de incienso entre luminarias y palabras de amor.
Desnudez del alma que virginales pinceladas de cielo comulga, pétalos de Rosa impregnados en nuestro íntimo Grial, bálsamo para el amargor de la penumbra y nacarado frescor de nuestros instantes gozosos.
Paz, en la contemplación del nacimiento arrullado por el bien. Paz, en la expresión, que en su silencio sabe de sus valores y conciencia. Paz, de una Virgen adolescente que guarda en su pecho, el tacto divino que siembra la Humildad y Paciencia del Cristo, en su caminar por la tierra.
José Antonio Guzmán Pérez
