Con paso firme te alejas, yo corro y no te doy alcance.
Lejos ya te veo y sigo corriendo.Todo esfuerzo es en balde, no te doy alcance.
Pasan los minutos, sigo corriendo. Un rayo de sol en el horizonte me indica que no
estás lejos, pero no te veo.
Cachorro, ¿por qué te vas? Y no encuentro respuesta.
Al fin, derrotado y hundido me dirijo a tu casa, y allí estás.
En tu Basílica, esperando a que entre y darme respuestas...
Por respuesta un silencio,
cómo aquel que dos amigos guardan,
nada más nos hace falta,
nada más que tu limpia mirada.
Por mucho que digan Cachorro,
Tú siempre nos miras,
desde esos ojos, ¡dichosos ojos!
que al cielo alzan su vista.
Allí en el cielo mi respuesta,
aquí en la tierra una vida,
la mía, entregada a Ti.
Isidro Garcia Martin
Recordatorio Desde la Lejanía: De vuelta a tu lado