Juan Antonio Martínez. Todos quieren dar el salto como algunos chirigoteros a compasistas, de comparsistas a octavillas y de estrellitas a autor de éxito. Eso le pasa a algún "capataz" de Córdoba que de segundón quiere ser ahora el amo del calabozo y lo dejan porque siempre hay una hermandad que quiere cambiar de capataz y de cuadrilla. Y buscan en el mercado a alguien dispuesto y que lleve personal. Y reniegan de lo que hubo antes como si no hubiera existido y presentan a uno que siempre fue contraguía como un gran capataz contrastado. Es lo del entrenador ese que tuvo el Madrid que era el segundo de Ferguson en el Manchester y lo quisieron vender como un entrenador top. Y era el segundo y se vio a final de temporada.
Ahora con algunos capataces pasa lo mismo que han sido toda la vida el "segundo de", pero que bien rodeados se creen o los hacen creerse la quintaesencia (no aquella comparsa de Antoñito Martín). Pero son segundos y lo saben ellos y quien los pone. Aunque con ochenta tíos (o proyectos de tíos) soy capataz hasta yo que no tengo claro lo de la izquierda alante y la derecha atrás. ¿Su izquierda, su derecha o la mía? ¿Se referirán a Podemos, IU, PSOE, PP? Un lío del que solo me queda claro que me recuerda a aquel estribillo que disía asín "por más que se me ven las plumas a ti se te ve el plumero". Porque el problema viene cuando los ochenta se convierten en diez o doce... pero de eso hablaremos otro día...
Recordatorio Enfoque: Manu Carreño y la idiosincrasia cordobesa