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martes, 3 de febrero de 2015

La Chicotá de Nandel: Maltrato costalero


Son muchas las voces que se están alzando, los comentarios en las redes que uno puede leer casi a diario, alegaciones que vienen en defensa de un mundo, el del costal, que no tiene a veces que ser tratado así, como algo dañino, como algo que parece que estorba, como algo que da grima a más de uno.

Cuando yo comencé en esto, en el costal, el costalero estaba en Córdoba mucho menos mirado que hoy, se le hacía menos caso. He de reconocer, que en una gran parte, y quitando solo algunas contadas excepciones, las familias costaleras que había en aquellos años, no las hay ahora, pero ni de lejos.

No hace más de quince años, los costaleros eran un bien en algunas hermandades escaso, muy escaso. Este que les habla, se ha visto en hermandades que contaban solamente con diez o doce costaleros. A día de hoy, esto es más difícil de encontrar, aunque casos hay aún. La lástima, es cuando esto pasa en hermandades punteras, al menos por su historia, porque Juntas de Gobierno inoperantes ante todo amago de acierto en sus decisiones, hacen que el número de miembros en su cortejo, en sus cuadrillas, vayan cada año menguando.

Vemos en San Andrés, en Capuchinos, en algunas que otras Hermandades, verdaderas avalanchas de juventud para entrar a formar parte de cuadrillas señeras. El mundo del costal, está cada año más vivo, la juventud llega cada día con más mordiente. El problema es, a mi forma de ver, qué recibimiento tienen, y sobre todo, los valores que se les inculcan a estos chavales.

Se busca cada día más la perfección, se buscan las chicotás perfectas, líderes luego en vídeos de youtube. Lo divino, lo cultural se dan la mano, y unos van por lo primero, otros por lo segundo, y eso debe de tenerlo todo el mundo tan claro, como el respeto que tantos unos como otros merecen.

Los ataques al mundo del costal, que a nadie se le pase otra cosa por la cabeza, viendo campañas en contra de los costaleros, o viendo ataques meramente caprichosos, son únicamente debidos a ciertos costaleros en los que en sus cuadrillas no se les tiene bien formados, no se les ha informado, que se va a hacer un trabajo de hombres, a hacerlo sabiendo qué es lo que llevan sobre sus hombros.

Hay costaleros que fuera del paso puede que tengan una mala conducta, impropia de ser uno de los partícipes de un cortejo procesional, un grupo cristiano que va acompañando a Cristo o su Bendita Madre, he ahí la falta de preparación de la Hermandad con su cuadrilla, metámonos todos, Capataces, y compañeros de esos chavales a los que quizás, llevados a algún lugar separado del grupo, debamos de con todo el cariño del mundo, explicar lo que pueden ser sus fallitos, para que los corrijan, para que cambien la apreciación que desde fuera pueden llegar a mostrar, que ni para el mundo del costal, para su Hermandad, para su cuadrilla, son buenos para nada.

Me despido hasta el martes que viene, muchos ya comenzamos esta semana a ensayar, que haya suerte, nadie caiga lesionado, y disfrutemos todos en eso que algunos llaman cuadrilla, y otros, preferimos considerar familia, dentro de la familia que debe ser una Hermandad.


Fernando Blancas Muñoz

















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