Cada semana pasa una tragedia que en vez de pena ya me hace gracia. Como las amenazas de la agrupación a los cofrades con quitarles el parné si no son puntuales y es gracioso que lo digan los que ingleses no son. Y mejor aun que haya quien lo ponga en boca del consiliario que no me había enterao de que aparte de dirigir espiritualmente a los chavales agrupados, era vocal de estación de penitencia, aunque dicen que tiene una buena penitencia con este blog. Pero lo mejor de la semana no es eso que pa´eso ya hago el incienso y los carbones (se ruega no cambiar la R de sitio). Lo mejor es que en Córdoba el líder de un partido político se apellida como los postres de una marca cordobesa de los que me he comido tocinos de cielo para que cotice en bolsa mejor que la marca de la manzana. Y de postre le quiere quitar el suyo a las cofradías, el de la subvención y así apoyar a la nueva alcalda para que le florezca el capullo, que diga la rosa.
Una semana trepidante la que hemos vivido y que en el día en que llega el Gallinero a uno le entra un escalofrío al saber que volverá al Falla el maestro de las Coplas de Cádiz. Comparto con él apellido y él fue el que me hizo amar los carnavales con sus Calabazas igual que Martín con su Mar de Coplas. Hay quien me ha dicho que es porque el Kichi es alcalde, pero preferiría que Córdoba tuviera un alcalde como Antonio Martínez Ares que, al menos, siempre fue capaz de llamar a las cosas por su nombre. Y como así debe ser, ya que canto mal y no podría entrar en su comparsa por eso escribo en Gente de Paz.
Juan Antonio Martínez Aragón
Recordatorio Desde el Gallinero: Por la calle de la Amargura
