Blas Jesús Muñoz. El ajuar que posee María Santísima de la Sierra da cumplida cuenta de la tradición de fervor y devoción que sostiene la historia de la Patrona de los egabrenses. Una historia jalonada de piezas (antiguas y contemporáneas) que hablan de la riqueza con que desde siempre se ha dotado a la Santísima Virgen.
Si hace unos días hablábamos de la saya de Esperanza Elena Caro o del manto del siglo XVIII, la llegada a Córdoba de la gran devoción de la Subbética y su estancia en la Parroquial de San Juan y Todos los Santos, también está atestiguando la riqueza patrimonial con que la Archicofradía cuida y mima a su gran devoción.
Así las cosas, en la jornada de este martes día 23 hemos podido contempla como lucia la Virgen de la Sierra un manto de 1912 en terciopelo de Lyon verde que regalara en su día Carmen Jiménez Flores, a la sazón Vizcondesa de Termens.
Fotos Fernando Castro