Antonio Botella. Con la llegada del mes de septiembre, comienza un nuevo curso cofrade para las distintas hermandades y cofradías, las cuales retoman la actividad diaria, una vez transcurridas las vacaciones. De esta manera, los diversos departamentos que conforman a las corporaciones se ponen manos a la obra para comenzar el trabajo de cara a este periodo 15/16 lleno de proyectos e ilusiones.
Así las cosas, tres hermandades de la capital califal han regresado a la "normalidad" en estos últimos días, tras las labores de restauración que se han cometido en sus respectivas sedes canónicas. Hablamos de El Císter y La Paz y Esperanza y El Caído, que han restablecido al emplazamiento habitual de culto a sus Titulares a la finalización de las obras de conservación efectuadas en el Convento del Santo Ángel y el Convento de San José, respectivamente.
En Capuchinos, las Imágenes pertenecientes a las corporaciones cisterciense y franciscana fueron repuesto a la veneración de los fieles en la jornada del pasado viernes, si bien no fue hasta el sábado cuando las puertas de la iglesia conventual se reabrieron al público, tras la conclusión de las labores de climatización de la misma. Cabe mencionar que se ha producido un retraso de cinco días en el acabado de las tareas de mantenimiento en el edificio y, en consecuencia, las tallas han regresado con posterioridad a sus altares.
Igualmente, en la tarde de este pasado día 5, la cofradía del Jueves Santo organizó un pequeño acto en San Cayetano con motivo de la reapertura de la capilla que presiden Jesús Caído y Nuestra Señora del Mayor Dolor en su Soledad, después de que Rafael Barón Jiménez haya concluido la segunda fase de restauración de este oratorio. Ésta ha consistido en la limpieza de la pared sur de la capilla -que ha recuperado su estética original-, así como en la pintura y reparación de dorados, estofados y molduras en mal estado.