José Barea. La Iglesia está siempre al servicio de la sociedad, sin importar la condición, ideología ni religión. Estamos en una época en la que se está produciendo una de las migraciones en masa más multitudinarias de la historia, en la que gran cantidad de refugiados huyen de la guerra y la violencia del Estado Islámico, y nuestra Madre Iglesia no es ajeno a ello.
Ha sido el Papa Francisco durante el rezo del Ángelus quien ha insistido en que cada parroquia, cada monasterio y cada santuario de Europa se encarguen de acoger a una familia, comenzando por las dos Parroquia de El Vaticano, que acogerán estos días a dos familias de refugiados. Tal medida serviría de preparación para el Jubileo de la Misericordia, que dará comienzo el próximo 8 de diciembre.
Así, pide a los obispos de toda Europa, verdaderos pastores, que apoyen este llamamiento que el propio Papa Francisco ha realizado. El Evangelio del Día era sobre la curación del sordomudo, y el comentario del máximo dirigente de la Iglesia Católica ha comentado en relación a él que “a veces también nosotros estamos replegados y encerrados en nosotros mismos, no puede haber familias cerradas, grupos cerrados, parroquias cerradas, patrias cerradas”
