Blas Jesús Muñoz. Los esfuerzos por expropiar la Catedral de Córdoba a sus legítimos propietarios, lejos de extinguirse, persisten en sus intentos por conseguir la propiedad "pública" del templo, al que desde determinados sectores se denomina Legado Andalusí con la impunidad propia del desconocimiento.
En esta campaña que parece tener como destinatario final a la Iglesia Católica, se daba un paso más esta semana, mediante la reunión de representantes de la Plataforma autoerigida como salvadora de la Mezquita y diversos miembros del Parlamento andaluz.
Uno de los primeros actos que llamó la atención no fue otro que la ausencia de reunión con representante alguno del Grupo Popular, por cierto, el más numeroso de dicho Parlamento, tras el Partido Socialista con cuyos diputados sí hubo encuentro.
También se entablaron conversaciones con representantes tanto de Ciudadanos, Izquierda Unida y Podemos. Y es que, aunque la "Mezquita" sea de todos parece que no todos pueden hablar del asunto. Llamando poderosamente la atención que, desde posiciones tan definidas en la izquierda se aduzca a la monarquía para defender el argumento propio: "Fernando III jamás donó el monumento al Cabildo y que siempre fue propiedad de la Monarquía castellana, primero, y del Estado moderno, después".