Blas Jesús Muñoz. El ser humano, desde sus primeros pasos en este mundo, ya percibe la conciencia de su propia existencia. Un conocimiento que implica la certeza de la muerte y que, necesariamente, conduce a la esperanza reconocible del Creador. Un sendero por el que los cofrades caminamos, cada amanecer, cada tarde y cada noche de nuestras vidas.
En la mañana de este martes conocíamos la triste pérdida de José Carlos Larios. El actual Hermano Mayor de la Misericordia era llamado por el Cristo que lo quiso llevar durante décadas bajo sus pies, siendo una parte más de su ser. Apenas dos meses después de ser elegido Hermano Mayor de la Misricordia y tras una semana de haber jurado el cargo, el luto y su memoria nos quedarán para siempre.
Las trabajaderas que lo vieron crecer como costalero hoy están más vacías. El silencio se ha apoderado de San Pedro. José Carlos Larios ya descansa junto a su Señor y su bendita Madre, la Luz Perpetua ya brilla con fuerza para él.