Blas Jesús Muñoz. El "nuevo" modelo de reparto de las partidas presupuestarias del Ayuntamiento de Córdoba ha venido a publicarse, curiosamente, en fechas cercanas a la Navidad. Una paradoja propicia, si tenemos presentes a las asociaciones que han quedado al margen del mismo.
Desde REDMADRE a la Fundación Bangassou, en el fondo y en las formas parece que el marcado carácter social de las "políticas" de izquierdas fluye en torno a la ideología y no alrededor de una supuesta justicia social.
Doce mil euros (los que se destinarán hasta ahora a Bangassou), al fin y al cabo, no suponen una cifra que, en el cómputo total de las cuentas municipales vayan a suponer ninguna especie de descalabro. Máxime cuando los mismos van destinados a paliar la situación de personas de carne y hueso que solamente son culpables de ser ayuda das por la Iglesia.
Las cofradías, algunas de ellas, han decidido poner freno a esta situación, aportando su ayuda que, hasta la fecha, no era escasa. Una ayuda que no sabemos si se institucionalizará, aunque lleva camino de hacerlo. Aun a riesgo de perder una subvención que es más una limosna en comparación con lo que las hermandades aportan a una ciudad que ve en sus regentes el dedo ilustrado que señala quien es bueno y quien no merece ayuda.