No es ya vergüenza, sino bochorno lo que siento al ver este lamentable espectáculo. ¿Es que nadie va a parar esto? Luego queremos que nos respeten y toleramos semejantes tropelías... como dice mi compañero Eduardo Fernández, de la web Artesacro, "Hasta para jugar a los pasitos se necesita un mínimo de dignidad", yo le añadiría también que se necesita: la cordura, la sensatez, el sentido común (siendo éste el menos común de los sentidos) y hasta como diría mi padre "un poco de vergüenza torera".
¿Hemos perdido el norte definitivamente?. ¿Se imaginan la vergonzosa imagen que se habrán llevado de la ciudad y de nuestra Semana Santa, los visitantes que este puente han llenado Sevilla?. ¡Basta ya, de verdad, basta ya!. Si quieren jugar a los pasitos, háganlo en casa, con los Playmovil o con las muñequitas Barbie, pero no nos hagan pasar vergüenzas innecesarias y no arrastren por los suelos el verdadero sentimiento cofrade.
¡Tengan un poco de sensatez y muestren respeto por la Religiosidad Popular, que se viene celebrando en su fechas y en su momento, desde hace más de 600 años!. Pantomimas como estas hacen que luego tengamos que soportar procesiones de "Vulvas insumisas". Un poco de cordura, por favor, un poco de raciocinio, se lo ruego. Dejen ya estar a la Semana Santa en su sitio, en su momento, en su lugar… no la maltraten más, no jueguen con ella más, no la manoseen más.
Discúlpenme, si me he mostrado en exceso acritud, pero me duelen en el alma las tropelías y los deméritos que se hacen con un rito ancestral del que somos guardias y custodios, ni más ni menos que de la Semana Santa.
Y a los que la vilipendian, humillan, mancillan y ultrajan, nuestra Religiosidad Popular, solo les digo que recuerden lo que decía el añorado poeta de Moguer, Juan Ramón Jiménez: “No toquéis a la rosa, es así de hermosa"
Irene Gallardo Flores
Foto ABC de Sevilla
