Blas J. Muñoz. Los últimos días de este mes de junio cierran un curso cofrade cuyo epílogo en 2015 vino marcado, en toda su dimensión, por la celebración de la Magna Mariana. El Regina Mater iba a culminar los actos conmemorativos de la consagración al culto de la Catedral de Santa María de la Asunción y, de camino y con toda su significación, iba a mostrarnos las grandes devociones marianas de la Diócesis de Osio.
La que se le profesa a María Santísima de la Sierra quedó fuera de cualquier atisbo de duda, pero es más, la ciudad asistió a ver cómo toda una Parroquia se volcaba en el esmero de realzar a la Patrona de Cabra y estos días nos recuerdan y devuelven la emoción de aquéllos.
La Residencia de Ancianos de la Obra Pía es un magnífico ejemplo de la labor incansable de la comunidad parroquial de San Juan y Todos los Santos que es vivo ejemplo de labor de apostillado y donde las hermandades y fraternidad que la integran se erigen como un elemento más de la misma.
Como decíamos estos días nos recuerdan y devuelven la emoción de aquellos, gracias a las redes sociales, donde las imágenes de los ancianos preparando flores para la Santísima Virgen nos retrotraían a la cultura de otro tiempo, la misma que encuentra en la piedad popular el argumento definitorio de las cofradías.