Carlos Medina. Aunque sigamos inmersos en el verano y hayamos desconectado un poco del mundo cofrade, las hermandades siguen preocupadas por la ampliación y mejora del patrimonio, que trasciende tanto a la propia cofradía como al arte. Los cofrades deben de tener claro hoy en día que la cuestión del patrimonio propio es algo más que necesario para la glorificación de Dios en la Tierra, ya que Él merece lo mejor que podemos darle, aunque en muchos casos se nos acuse hipócritamente de ser superficiales.
En Motril, la hermandad del Perdón lo ha tenido más que claro, y así lo ha hecho. A un paso de estrenar el paso de misterio ya finalizado, la donación de un generosísimo hermano de la cofradía de unos elegantes y bonitos candelabros de cola de diseño y ejecución de Manuel de los Ríos (orfebrería andaluza), se convertirán en otro de los grandes estrenos a tener en cuenta la Semana Santa que viene, ya que no solo repercute en la cofradía del Martes Santo, sino también en el patrimonio sacro de la ciudad costera.
Ojalá que esto sirva de incentivo entre las cofradías motrileñas para mejorar como puedan, deban y quieran el patrimonio propio y general de la ciudad, a sabiendas de las penurias económicas que corre hoy en día y del escaso apoyo que ofrece la comitiva municipal a las hermandades de Motril.