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domingo, 11 de septiembre de 2016

Con la Venia: El camino de la belleza


Dicen los sabios del pueblo Lakota que existe un Camino en la Belleza. Se dice que uno Camina en la Belleza cuando tiene su Tierra, parte física, y su Cielo, parte espiritual, en armonía. Mucho de esto pudimos vivir los cristianos cordobeses entre los pasados días 7 y 8 de septiembre al ser testigos de estampas únicas que embriagaban los sentidos; la vista, el tacto, el olfato, el oído... Por ejemplo cuando la sevillana banda de música del Maestro Tejera interpretaba la emblemática "Saeta cordobesa", al cruzar bajo la Puerta del Perdón de la Catedral, en honor a la patrona de nuestra ciudad, La Virgen de la Fuensanta.

Estampas, momentos, sones y lugares imbuidos de un espíritu que otros días hemos calificado de manifestación, pero no una manifestación cualquiera, ni en su acepción más actual; sino una manifestación de Fe, una manera de plantarse y decir esta es mi ciudad y estas son mis tradiciones, y esta es mi forma de acercarme a la Deidad. Una manifestación multitudinaria en una ciudad en la que cuesta mucho poner a la gente tras un objetivo, por eso que hemos denominado malamente el senequismo cordobés

Sin embargo el pueblo cristiano estaba allí, así como las mayoría de hermandades y Cofradías, perdonando eso si los desplantes que ha sufrido nuestra Virgen, nuestra madre, pero confirmando que a la Fuensanta, la patrona de la ciudad del Guadalquivir, ni se la puede marginar, ni se la puede hacer de menos, porque sencillamente esta en el interior de muchos corazones que la rezan

Vivimos un mundo en el que debajo de los pronunciamientos de libertad se esconde un ansia uniformadora que hace tabla rasa de tradiciones y vivencias particulares. Las mismas consignas políticas, las mismas series de televisión, el mismo formato de educación para nuestros hijos, la misma comida, y los mismos centros comerciales puede encontrar usted vaya donde vaya Esto es triste y empobrecedor, al mismo tiempo que persigue un objetivo peligroso para el ser humano; hurtarle sus raíces. Pues el hombre que no sabe de dónde viene, no sabrá nunca hacía donde quiere ir; en éste sentido los que denigran y vacían tradiciones tan pegadas a la gente humilde, al pueblo, saben lo que desean, y sus “pronunciamientos” siempre van referidos, cuando a la religión se refiere, a una cuestión que debe ser estrictamente privada, que sólo debe perpetuarse en la conciencia individual. Tratan entonces de boicotear las manifestaciones colectivas de plegaria, agradecimiento, o penitencia hacia el Dios de los cristianos, de hacerlas meros espectáculos folclóricos, o una industria con la que atraer turismo

No lo permitamos, no perdamos lo que somos

Seguirá...


Gabriel Lozano







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