Verá también batallas entre las Hermandades que se encuentran en el cruce de dos calles, porque nadie quiere ceder el paso. Los cirios se transforman en palos y las saetas en insultos. Ya verá usted..." La Semana Santa de Sevilla. 1927. Jérôme y Jean Tharaud
Era el verano de 19... bueno, hace muchísimos años, cuando apenas
contaba 11 años de edad, que pasé las vacaciones estivales en Punta Umbría con
mi familia de Huelva. En esas tardes soleadas, de café y siestas, mi primo
Eduardo (que Dios tenga en su gloria) solía contarnos a la chiquillería las
historias mas divertidas, y la que se grabó con fuego en mi memoria fue la de
su experiencia como nazareno cuando contaba unos 17 años en una hermandad
onubense.
Como Don Guido, se hizo hermano de una Santa Cofradía, llevando un
cirio en la mano... ¡aquel trueno!, vestido de nazareno... y digo bien trueno,
porque mientras procesionaba con el cirio y vestido de nazareno, su novia
estaba entre el publico para ver la cofradía, y en eso que se percató que otro
mozalbete estaba intentando ligar o molestar a su novia, y se enfrascó en una
discusión, luego pelea, y ni corto ni perezoso le partió al otro el cirio en la
cabeza... ustedes se podrán imaginar la revuelta callejera que eso ocasionó y
que acabó siendo expulsado de la hermandad.
Esta historia se quedó bien grabada en la memoria por lo increíble y en
cierto modo divertido... más que nada por la gracia que estaba contado el
episodio, pero terriblemente asombrada que se llegara a una refriega semejante
en una procesión.
Años mas tarde, ya como historiadora e interesada en el mundo de las
hermandades, esa historia que sonaba a chascarrillo en la memoria tomó visos de
realidad al comprobar que no hay nada nuevo bajo el sol, y que en el pasado fue
desafortunadamente frecuente que los nazarenos acabaran a ciriazo limpio o en
enfrentamientos callejeros con otras hermandades. Hagamos un poco de historia:
1604: Reyerta callejera entre las
Hermandades de los Negritos y la de la Antigua y Siete Dolores que tuvo lugar a
la altura de la plaza del Salvador, y producido por la alta hostilidad que
había hacia los negros, haciéndoles mofa e insultándolos; esto produjo el
enfrentamiento entre las dos corporaciones, habiendo heridos y arrestados en
ambas hermandades.
1782: Este no es un enfrentamiento callejero entre cofradías propiamente dicho, pero si una alteración del orden público en medio de una cofradía, teniendo lugar entre los nazarenos de La Estrella. Derivada de la Orden de Carlos III de 1777 de prohibir los disciplinantes, también implicaba el llevar el rostro descubierto. El Jueves Santo de ese año en plena calle Castilla en medio de la procesión se presentó el Alguacil Mayor Eclesiástico, acompañado de notario, ministros y soldados, el cual prendió a cuatro nazarenos por ir con el rostro cubierto, --llevándolos a la cárcel del Palacio Arzobispal-- lo que produjo gran tumulto callejero no solo entre los hermanos de la Estrella, sino entre los vecinos de Triana, que amotinados fueron a buscar a los presos y liberarlos, arrebatándolos a la autoridad eclesiástica en las Gradas.
1851: Este año se produjo un
incidente entre las hermandades de La Esperanza de Triana y Monserrat. La
cofradía de Monserrat de camino a la catedral se encontró a la altura de La
Punta del Diamante con la de la Esperanza, que iba de regreso a su iglesia.
Cada hermandad esperaba que la otra se apartara del camino para que le dejara
paso; y lo que empezó como discusión de derechos acabo a ciriazo limpio. Al
final Monserrat cedió y dejó que las dos cofradías trianeras Esperanza y
Cachorro pasaran en frente de ella de camino a Triana.
1901: En la Madrugada se dio un
incidente entre La Macarena y El Calvario. La Macarena que iba retrasada
adelantó la Cruz de Guía a Cerrajería, pues los del Calvario pretendían
adelantarse produciéndose un tumulto, aunque no llego a mayores.
1903: Esta vez la bronca
callejera tuvo lugar el Miércoles Santo, entre las hermandades de La Estrella y
Los Panaderos. La Estrella iba con retraso, por lo cual los de San Andrés
aprovecharon para pasar delante en Sierpes. En la esquina con Rioja los
trianeros con los del prendimiento tuvieron un incidente en el que tuvo que
intervenir la autoridad local para no llegar a mayores.
1909: Conflictos callejeros el
Domingo de Ramos entre La Estrella y San Roque a la entrada de Sierpes para ver
quien entraba primero, los trianeros se cuelan y pasan antes al contrario de
como estaba previsto. En la estación de penitencia de La Trinidad hubo un
incidente que acabo a ciriazos, este fue al intentar un carro interrumpir atravesando
la cofradía. La autoridad competente tuvo que intervenir arrestando a estos
individuos.
1911: El Martes hubo un altercado
entre los nazarenos de Las Aguas y los de La Amargura en la esquina entre
Sierpes y Cerrajería, al intentar los de la Amargura pasar antes que los de Las
Aguas, al final los de la Amargura retrocedieron y dejaron pasar a los de Las
Aguas como estaba estimado.
1912: Incidente en la Madrugada
de este año, entre Macarenos y los del Gran Poder. La Macarena iba con retraso,
ya habían pasado el Silencio y el Gran Poder, estando esta última en Alemanes
dirigiéndose a García de Vinuesa; en esto los de la Macarena llegando a la
Punta del Diamante, después de que pasara el Cristo del Gran Poder, tendieron
la Cruz de Guía en el suelo sin dejar pasar al resto de la cofradía, teniendo
los del cortejo de la Virgen tirar por otras calles y juntar los dos cortejos
en la Plaza del Duque.
1915: Nuevamente hubo una batalla
campal entre los nazarenos de dos cofradías, esta vez entre los de La Hiniesta
y La Estrella. Los de la Hiniesta iban con retraso y estaban parados en la
Alameda; los de la Estrella entraron en Sierpes desde O´Donnell, mientras los
de la Hiniesta que venían por Amor de Dios, entraron rápidamente por Santa
María de Gracia, y se organizó una batalla campal de ciriazos y silletazos, que
acabó con la intervención de la policía y el párroco de San Julián, que obligó
a los trianeros a retroceder, pues habían colocado el paso del Cristo de las
Penas a la entrada de Sierpes, justo detrás del Cristo de la Buena Muerte,
partiendo en dos el cortejo de San Julián.
1924: El dato anecdótico de este
año viene dado entre los miembros de La Exaltación y Los Negritos. Los de la
Exaltación por reformas en su iglesia salieron este año de la Trinidad, y estos
pretendieron ir detrás de los de la Trinidad, pero era a los Negritos los que
le correspondían ir detrás; así que se produjo una refriega callejera con
forcejeos entre miembros de ambas cofradías. Al final acabo pasando las hermandades
en el orden que tenían establecido, y la de la Exaltación tuvo que esperar que
pasara la de los Negritos.
1928: Hubo una refriega entre
costaleros de la hermandad de la
Carretería, ya que la cuadrilla que debía salir con esta hermandad lo había
hecho con la Macarena esa misma tarde. Temerosos de que no llegaran los
costaleros, la Hermandad de la Carretería busca otros costaleros, apareciendo
los macarenos, se produce una refriega y uno de ellos queda herido de arma
blanca.
1968: Es en este año el último
incidente del que tenemos noticias entre dos hermandades, no hubo bronca ni
nada parecido, pero si que provocó asombro y revuelo. Este incidente tuvo lugar
el Miércoles Santo entre las hermandades de Los Panaderos y Las Siete Palabras,
ya que la primera debía hacer el recorrido Francos-Álvarez
Quintero-Salvador-Manuel Cortina-Granada-Tetuán, mientras la segunda por
Hernando Colón esperaba en plaza Nueva. Debido a la lentitud del cortejo
panadero, el fiscal del paso de las Siete Palabras ordenó a sus costaleros
seguir por Méndez Núñez hacia la Magdalena y por O´Donnell a la Campana, lo
cual efectuó a gran velocidad, llegando antes que el Prendimiento, y
ocasionando un gran revuelo.
Como hemos visto a pesar de haber habido a veces heridos, la sangre
nunca llegó al río, aunque si acabaron en feas refriegas callejeras. Las
porfías y enfrentamientos entre hermandades han sido más que común en la
historia de nuestras hermandades, la mayoría de las veces por derechos de cual
ha de pasar primera debido a la antigüedad de las mismas. Estos ejemplos que
hemos visto son los casos extremos, en donde la animosidad llega a las manos (o
los cirios); pero los enfrentamientos entre hermandades ha sido nota común en
la historia, en donde se recogen numerosos pleitos jurídicos1, así como
enfrentamientos entre hermandades en los cabildos de toma de hora, que a veces
se solucionaban de una forma mas o menos civilizada, o las hermandades se
negaban ha hacer la estación de penitencia bajo esas condiciones.
Eran otros tiempos y otros ánimos, y curiosamente se repiten muchas de
las hermandades que siempre han estado en conflictos callejeros con otras, en particular
las trianeras; y no es de sorprender que en 1932 los de la Estrella resueltos y
llenos de agallas decidieran hacer estación de penitencia, cuando tenían a su
espalda una larga historia pendenciera, pasando a ser desde entonces "la
Valiente".
Afortunadamente estos bochornosos espectáculos callejeros han
desaparecido, las procesiones y sus horarios están mejor regulados, y ya no hay
porfías de quien debe de pasar primero. Las hermandades viven en un verdadero
espíritu de confraternidad con otras hermandades, se celebran convivencias de
hermandades de un mismo día, y si hay algún tipo de rivalidad solo se
manifiesta en la mejora de su patrimonio.
1.- Véase la monografía de Carlos
José Romero Mensaque sobre los "Pleitos y Conflictos en las Hermandades
Sevillanas"
Concha R. Worth
Historiadora
Creadora de la web «La Gubia y el Tas»