La banda de música de Sanlúcar de Barrameda nace como respuesta a una necesidad del consistorio sanluqueño ante las frecuentes visitas de los duques de Montpensier a la ciudad y los actos que conllevaban su presencia.
Coincide pues la creación de la banda de música con uno de los momentos de mayor esplendor de la historia de Sanlúcar de Barrameda.
Aunque se tiene constancia de la existencia de una formación musical autóctona ya entrado el segundo tercio del Siglo XIX, no es hasta 1852 cuando podemos dar constancia fehaciente de la creación de una banda por acuerdo del Ayuntamiento.
En esta segunda mitad del Siglo XIX la banda sufre numerosos altibajos, motivados mayormente por diversos conflictos con el ayuntamiento de la ciudad, así como por actuaciones privadas de los músicos, la entrada en competencia de una segunda banda –que incluso llegó a actuar como banda municipal en varias ocasiones– o las reiteradas sustituciones –hasta bien entrado el Siglo XX– por bandas militares (Soria 9, Granada 34, Pavía, Infantería de Marina de San Fernando).
No obstante, en estas fechas inicia una de sus más notables tradiciones: los conciertos estivales en el paseo de la Calzada (1872), toda una seña de identidad que incluso hoy día se mantiene con gran éxito y afluencia de público.
Igualmente se inicia la conformación del archivo (ca. 1880), que, aunque en parte –y milagrosamente–, también se conserva en la actualidad.
A comienzos del Siglo XX la banda municipal se encuentra bastante debilitada. Sin embargo, se convoca la plaza de Músico mayor (antigua denominación de “director” en las bandas militares), cargo al que accede Mateo Alba, primer director titular, que toma la batuta en 1905, y bajo cuya dirección tiene lugar el primer esplendor de la banda, ya que se procede a una importante adquisición de instrumentos, trajes, útiles, métodos, partituras, etc., y se mejoran las instalaciones.
Asimismo Alba hizo hincapié en interpretar un repertorio muy cuidado, con obras complejas y/o contemporáneas: óperas, zarzuelas, pasodobles, bailables, etc.
A raíz de uno de los reiterados problemas con el gobierno de la ciudad, en 1912 se propone la municipalización total de la banda (formación con músicos empleados del ayuntamiento) en lugar del acostumbrado convenio, por iniciativa del entonces alcalde, Joaquín Díaz Márquez.
Mateo Alba, nacido en Badajoz a mediados del Siglo XIX, fue un músico y compositor de excelente formación y actitud.
Logró numerosas mejoras, como la estabilización laboral de sus músicos.
Muere en Sanlúcar en 1913, a cuyo sepelio acudió la Banda Municipal interpretando marchas fúnebres.
En el archivo de la banda se conservan innumerables obras, de todos los estilos, escritas por Alba: polkas, mazurkas, pasodobles; así como transcripciones para banda de música clásica: oberturas, zarzuelas, etc.
Enrique Anadón sustituye a Mateo Alba en la dirección de la banda hasta 1917, año en que dimite a causa de una nueva crisis con el ayuntamiento, motivada por un intento de reducción presupuestaria.
En 1918 es nombrado director Julián Cerdán, que presentó un extenso y brillante currículum y el pasodoble Sanlúcar, yo te saludo como obsequio de bienvenida.
Con la llegada de Cerdán, la banda sanluqueña entraría en el período más notable de su historia, alcanzando gran calidad y popularidad.
Durante la década de 1920, Sanlúcar de Barrameda disfrutaba de un excelente momento cultural y musical, con la celebración, entre otros actos, de los “Juegos florales”.
En esta época visitaba frecuentemente la ciudad Joaquín Turina (que dedicó algunas de sus más famosas obras a Sanlúcar) y era asiduo a los conciertos de la banda municipal, notabilísima presencia que provocaba al maestro Cerdán un acentuado nerviosismo.
1928 es sin duda uno de los años de más relevancia en el currículo musical de la Banda municipal de Sanlúcar de Barrameda, con la consecución del primer premio en el Concurso regional de Écija.
Tanto el director como los músicos prepararon concienzudamente el programa, que constaba de la obertura de Tanhaüser de Wagner y del poema sinfónico Una noche en Toledo, cuyo autor, Mariano G. Camarero –director por entonces de la Banda municipal de Córdoba– estuvo presente en el acto y elogió la interpretación de su obra.
A su llegada a Sanlúcar, la banda fue recibida con gran júbilo de los sanluqueños por la corporación municipal, que obsequió con un bello pergamino –aún se conserva– como felicitación por tan grata efemérides.
En 1931 Julián Cerdán propone una nueva reorganización de la banda, consistente en una total municipalización de la misma, proposición que fructifica tras un largo proceso.
Julián Cerdán Murillo nació en 1877 en Mendaza (Navarra) y fue músico militar hasta su retirada, tras lo que accedió a la dirección de la Banda municipal de Sanlúcar de Barrameda.
A sus órdenes la banda alcanzó su cenit de calidad, popularidad y organización, dotándola incluso de un cuerpo de cornetas y tambores, algo poco frecuente en las bandas civiles.
Durante su estancia en Sanlúcar compuso obras como las Coplas a Jesús Nazareno (1923, con letra de Manuel Barrios Masero) o pasodobles como Barbiana, Mil pesetas, Solear –dedicados a dichas marcas de Manzanilla–, Manuel Cardeño, Belmonte, etc.
El maestro Cerdán muere en Sanlúcar de Barrameda en 1961, y, al igual que ocurrió con Mateo Alba, la Banda municipal le acompañó en su entierro.
Tras la jubilación de Julián Cerdán (1952), en 1953 toma la dirección Marino Díaz, procedente de la Banda municipal de Villanueva del Arzobispo (Badajoz).
Marino Díaz, destacado músico abulense, intentó inculcar tanto a los propios músicos de la banda como al resto de sanluqueños el gusto por la música clásica, interpretando numerosísimas obras de gran calidad y envergadura. Sin embargo, no obtuvo el refrendo del pueblo, acostumbrado a un repertorio más popular y folclórico.
Además, instauró en Sanlúcar el concierto en honor a Santa Cecilia, que –con altibajos– se ha seguido celebrando hasta la actualidad.
Marino Díaz y Díaz (Cebreros –Ávila–, 1901) fue un excelente músico, perteneciente al Cuerpo de directores de bandas de música civiles, y dirigió previamente a la de Sanlúcar de Barrameda las bandas de Arévalo, Baena y Villanueva del Arzobispo.
Compuso numerosas obras de variados estilos: pasodobles (Perfume español, Chulapo, El pase natural), marchas de procesión (No llores madre), obras diversas (Scherzo, Galería del recuerdo), transcripciones de obras de Mozart, Albéniz, Falla, etc.
También entre sus obras destacan varias dedicadas o inspiradas en Sanlúcar, como Canto a Sanlúcar (pasodoble, con letra de Manuel Barbadillo), José Martínez “Limeño” (pasodoble dedicado al conocido torero sanluqueño), o Exaltación del Guadalquivir (marcha-himno para tal festividad estival).
En 1966 Marino Díaz solicita la jubilación, tras lo que marcha a Sevilla, donde muere en 1985.
En 1963 entra en vigor la “Reglamentación nacional de trabajo de profesionales de la música”. Sin embargo, ante la incapacidad momentánea de llevar tal reglamento a cabo, se opta por la contratación anual prorrogable de la banda por el Ayuntamiento.
Como consecuencia de dicha coyuntura, a partir de 1967 la banda actúa como formación independiente en convenio con el consistorio, bajo el nombre de “Santa Cecilia”, por lo que se procedió a la disolución total de la banda como agrupación municipal.
La banda “Santa Cecilia” continuó actuando hasta el año 1975, año en que se disuelve definitivamente.
Dos de los principales motivos de su extinción fueron la eliminación de la plaza de director por el Ayuntamiento tras la marcha de Marino Díaz –aunque Luís Romero ejerció voluntariamente el cargo ayudado por Enrique Alfaro– y el cierre de la escuela de música, a causa de lo cual la banda quedó sin cantera. Además, hubo en el seno de la propia banda problemas motivados por cuestiones políticas, de tanta actualidad en aquel momento.
No obstante, muy pocos años después, en 1980, varios músicos de la antigua banda se reagrupan, creando la banda de música actual con el nombre de “Julián Cerdán” por expreso deseo de su primer director, Rafael Rodríguez Márquez, que fue músico bajo la batuta del maestro Cerdán.
Currículum
Gestionada por la Fundación del mismo nombre y dirigida artísticamente por el sanluqueño Justo Manuel Jiménez, la Banda Sinfónica Julián Cerdán fue creada como Banda Municipal por el Ayuntamiento de Sanlúcar de Barrameda en 1852, lo que la convierte en una de las más antiguas de España.
En 1980 se reagrupó como entidad privada bajo el nombre de Julián Cerdán, director que más años ha estado al frente de la misma (1918-1952) y que la condujo a una etapa de gran esplendor.
Se nutre de los jóvenes formados en su propia Escuela de Música, manteniendo una intensa actividad durante todo el año con la participación en certámenes, festivales, congresos, conciertos temáticos, actuaciones benéficas, conciertos escolares y grabaciones. Para ello utiliza un amplio repertorio que va desde el pasodoble hasta las obras sinfónicas actuales; desde la zarzuela hasta las transcripciones de oberturas y música clásica.
Destacan su participación en varias ediciones del Festival de Música Española de Cádiz y en el Festival Internacional de Música Clásica A orillas del Guadalquivir de Sanlúcar, así como los conciertos en los escenarios del Teatro Antonio Machado de Madrid, el Palacio de Congresos y el Gran Teatro Falla de Cádiz.
Igualmente importante es la labor que desarrolla con la música cofrade. Su trabajo de investigación y recuperación de marchas procesionales ha llegado a ser reconocido incluso desde el Boletín Oficial del Consejo de Hermandades y Cofradías de Sevilla. Prueba de la popularidad y el prestigio del que goza en la Capital Hispalense es que acompaña a la Hermandad de los Javieres, cada Martes Santo, ininterrumpidamente desde 1999. De igual forma, ha acompañado en su estación de penitencia a otras cofradías sevillanas como el Cautivo de San Pablo o el Cristo de Burgos, donde rescató dos partituras olvidadas de los compositores López Farfán y Martínez Peralto. Otras hermandades, penitenciales y de Gloria, de importantes ciudades andaluzas como Jerez de la Frontera, Cádiz, Granada o Málaga, también han confiado en la Banda Julián Cerdán para acompañamientos musicales en Semana Santa, aniversarios y salidas extraordinarias.
Entre sus directores invitados se encuentran Enrique García Asensio, Abel Moreno, Vicente Morant y Pedro Morales.
Es protagonista de dos obras escritas por el compositor valenciano Ferrer Ferrán: el poema sinfónico Magallanes (2002), que narra la primera circunnavegación de la Tierra –la cual partió de Sanlúcar–, y el pasodoble Sanlúcar de Barrameda (2005). Asimismo, su historia es recogida en dos libros del músico e investigador Salvador Daza: Historia de la Banda Municipal de Música (2001) y Música y sociedad en Sanlúcar de Barrameda (2009), este último editado por la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía.
Ha realizado tres grabaciones discográficas, tanto de marchas procesionales como de pasodobles, además de distintas colaboraciones con Tele 5, Antena 3, Canal Sur, Onda Giralda, Onda Luz y Onda Jerez, entre otras cadenas televisivas.
Ganadora del Segundo Premio en el II Concurso de Bandas de Música de Andalucía, celebrado en Ronda (Málaga) en 1999. Asimismo, con motivo de su 150 aniversario, en 2002 el Ayuntamiento sanluqueño le concedió el Premio a la Excelencia Cultural junto al guitarrista universal Manolo Sanlúcar.
Es, en definitiva, uno de los recursos culturales más representativos de su ciudad, por sus innumerables éxitos, continuamente avalados por el reconocimiento del público y de los medios de comunicación.