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domingo, 27 de octubre de 2013

La Aurora de la Paz. El Rosario de la Aurora de la Paz del Porvenir

La Semana Santa de Sevilla es un reclamo para tantas y tantas miles de personas que sienten, cada una a su manera, las respectivas salidas procesionales de las cofradías que la conforman como una tradición difícilmente igualable y de difusión universal. 

Sus varias veces centenaria historia ha forjado en el corazón y sobre todo en el alma de fieles y devotos una memoria que sólo se irá con cada uno de los que la disfrutan y es el legado de los que vendrán en generaciones posteriores. Todos ellos, los que fueron, los que están y me atrevería a decir, incluso, los que serán, esperan su llegada como algo totalmente imprescindible en el curso de la vida de cada ser.   

Pero las cofradías son mucho más que una semana al año, lo demuestran, como bien sentencian sus respectivas reglas corporativas y finalidades con multitud de eventos encaminados a la formación, caridad y cultos, que son los tres pilares fundamentales de las hermandades. Disfrutar de esos cultos y actos, que se desarrollan a los largo de los 365 días del año puede ser el mejor antídoto para no tener que esperar con ansiedad, como le ocurre a algunos, la llegada de la luna de parasceve. 

Un viejo cofrade me comentó una vez que las vísperas y preámbulo de la Pasión, Muerte y Resurreción según Sevilla es, quizás, más hermosa que la efímera estación de penitencia de cada hermandad, que tiene al gran público como acto principal y único, en muchos casos, pero que, además, se debe sentir desde antes para que sea plena esta celebración. El verdadero cofrade no puede vivirla sin que sienta antes la llegada de este tiempo que la ciudad de la Giralda es anunciado por vencejos y golondrinas, azahar e incienso, cera, ensayos de costaleros, y priostías abiertas hasta la madrugada. Pero ante esta tesitura de mi vetusto amigo, me pregunto: ¿Dónde comienzan las vísperas de cada cofrade? Es difícil dilucidar esta cuestión. Los más “jartible” simplemente no tienen vísperas, otros, cuando entra el Rey Baltasar tras atravesar la ciudad arrojando caramelos e ilusionando a niños y mayores, o quizás, la mayoría, en el tiempo puramente cuaresmal. La realidad es que cada uno siente las cofradías y sus respectivas hermandades de una forma singular y no cada año igual por muchas y variadas circunstancias personales, laborales o incluso económicas. 


Rosario de la Aurora de la Virgen de la Paz
MJ RODRIGUEZ RECHI

El que suscribe, que es claramente del grupo de los “jartibles” intenta vivir cada día del año como si fuera Domingo de Ramos o Viernes de madrugada, porque considero que las cofradías tienen momentos durante el año que tienen una relevancia muy especial, por lo que intento vivirlos con tanta intensidad como mi cuerpo, ya con canas, resista. 

En el Porvenir, alrededor de la Hermandad de la Paz, se puede vivir uno de estos momentos mágicos y que más me llenan. Desde hace varios lustros intento no perdérmelo. Este barrio hace de sus calles el marco perfecto para que la Madre de Dios, vestida de plata y blanco, de Reina y Paz o Estrella de la Mañana bendiga a sus gentes en una de las mañana más hermosas a la sombra de uno de los hijos de piedra del recordado Aníbal González.

Como bendito portal hace de sus casas, árboles y luz el amanecer más bello que se puede vivir junto a la Virgen María en el otoño hispalense. No hace falta azahar para que huela a sevillanía en estado puro, no hace falta tambores y cornetas, ni marchas procesional para escuchar el sonido de la gloria, como cualquier Domingo de Ramos, para sentir el aroma de lo realmente profundo, no hace falta gentío para vivir junto al primer Sagrario de la Humanidad, que Dios esta presente entre nosotros…Sólo Tú Virgen de la Paz en Rosario de la Aurora, un coro, un pequeño séquito y una visita a los mayores, esos que están relegados a una residencia y que Tú visitas una vez al año. Y la luz que entra entre las copas de ramas de esos árboles. Éstos intentan apartarse, sabedores que los que ya no están con nosotros puedan verte desde el cielo, lo que vivieron a pie de calle una mañana de otoño, como este año le ocurrirá al bueno de Luis, que cada año te alumbró cuando no había amanecido, te portó en andas o ayudó a difundir tu grandeza. 

La Aurora es Paz en el Porvenir una mañana de otoño y la Paz es Aurora cada día del año, incluso el Domingo de Ramos, aunque no se escuche a Don Pedro Morales, haya capirotes blancos o cuadrillas de costaleros. Antonio Illanes te hizo, pero te han moldeado cada uno que te reza viendo tu dulce mirada, que en Rosario de la Aurora tiene su punto álgido por la feligresía de San Sebastián una mañana de octubre. ¡Viva la Virgen de la Paz en Rosario de la Aurora! y los 365 del año de las cofradías de Sevilla, porque no sólo de Semana Santa debe vivir el cofrade. Momentos íntimos de la Sevilla forjada con letras de oro los podrás vivir junto a la Madre de Dios una mañana de otoño…en el Porvenir.








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