En apenas dos días, Córdoba se llenará de rocieros de toda Andalucía, que vendrán a disfrutar del Rocío de la Fe, la primera procesión Magna Rociera que se celebra. El hermano mayor del Rocío, Bernabé Jiménez, califica el acto de histórico y confía en que el desfile procesional sea "un transcurrir de emociones".
-¿Por qué surgió la idea de organizar la Magna Rociera en Córdoba?
-Todo surgió por iniciativa de un hermano a raíz de todas las procesiones magnas que se están organizado. Él me trasladó la idea de hacer conferencias o charlas y culminar todos los actos con una procesión extraordinaria. Barajé todas las opciones y lo que más me impacto fue la procesión extraordinaria. Comenté la idea a todas las hermandades de la provincia y les pareció muy buena. Así, hasta el sábado, que será una realidad. Llevamos trabajando muchos meses en ella, aunque no se hizo público hasta que se celebró el Vía Crucis Magno para que no coincidieran. Esta procesión es histórica porque no se ha realizado nunca en ninguna ciudad de España. Es la primera vez que se celebra, es un acto inédito y estamos muy ilusionados.
-¿Qué diferencias habrá entre el Vía Crucis Magno y la Magna Rociera?
-Muchas. Estamos hablando de hermandades de penitencia y hermandades de gloria. Todo va acorde con nuestra idiosincrasia, con nuestros caballos, las mujeres que quieran irán vestidas de flamenca, los hombres que vayan dentro del cortejo tienen que llevar traje oscuro... Los cortejos son totalmente diferentes. Otra diferencia es que en el Vía Crucis Magno iban 18 pasos y aquí van cinco carretas. Pero en realidad todo tiene el mismo sentido religioso por el Año de la Fe, que es lo que importa.
-¿Cuántas personas formarán parte del cortejo?
-Muchísimas. Lo que estamos viendo muy complicado es sentar a todo el mundo en la Catedral, durante la misa que presidirá el obispo, Demetrio Fernández. Todos sabemos que el aforo delante del Altar Mayor de la Catedral es muy reducido. Se han solicitado tres mil sillas, que sabemos que no van a ser suficientes.
-Uno de los aspectos que más destaca de la procesión es la asistencia de la hermandad matriz de Almonte (Huelva). ¿Cómo ha sido posible su participación?
-Sabíamos que era complicado que aceptaran, pero desde el primer momento así lo hicieron. Son muy pocos los precedentes que hay en que la hermandad matriz participe en un acto así. Desde el primer momento, la hermandad matriz ha demostrado su apoyo con todo lo que hemos solicitado y estamos agradecidos al máximo. El Simpecado que viene es la primera vez que sale de Almonte porque es nuevo. Además, viene la escuela de tamborileros de Almonte y habrá muchas sorpresas. Lo bueno es que los fieles que vengan el sábado y nos acompañen en la procesión y que todo sea un transcurrir de emociones.
-¿Se ha establecido algún plan de seguridad para evitar incidentes como se produjeron durante la procesión Magna de la Agrupación de Cofradías?
-Por supuesto que si. Hemos tenido reuniones con el Ayuntamiento y Protección Civil y todo está preparado. Hay que tener en cuenta que vendrá mucha gente. Se intentará evitar que se produzcan tapones, pero esto es impredecible.
-¿Han hecho algún cálculo de asistentes?
-Calcularlo es muy complicado. Tenemos muchos autocares confirmados, pero sabemos que van a venir muchísimos turistas y coches particulares. Son muchas las hermandades filiales que nos están llamando estos días para venir. Ya hay confirmadas doce hermandades de gloria y penitencia que van a montar altares a lo largo de todo el recorrido, que van a presidir los simpecados.
-¿Qué significa ser rociero?
-Soy cofrade y rociero. El rociero es creyente, devoto de la Virgen del Rocío, al igual que se puede ser del Cristo del Gran Poder o del Prendimiento. No busco diferencias. Tengo los mismos sentimientos cuando salgo de costalero que cuando voy vestido de corto, aunque con vivencias diferentes.
-¿Espera que la respuesta de público sea igual que la del Vía Crucis Magno?
-Ahora no tengo nervios, pero sí preocupación porque es un evento de gran magnitud y como responsable quiero que todo salga bien. El sentimiento más grande que pueda tener el sábado lo veré en la cara de la gente, ver cómo disfruta y se emociona. Esa es la mejor satisfacción que tendré cuando todo acabe todo.
-¿Hay verdadera devoción hacia la Virgen del Rocío en Córdoba?
-La hay. Lo que pasa es que el cordobés es muy tímido, muy senequista, como yo digo siempre. Además, es muy apático con todo. El cordobés, por desgracia, no sabe apreciar lo que tiene en la ciudad. Se está poniendo mucha ilusión en lo que se va a realizar y es normal que haya algún fallo. Lo que pido a Córdoba es que no alabe ni engrandezca los fallos, sino que los tape. No sabemos aprovechar el patrimonio tan grande que tiene la ciudad.
Recordatorio #ElRociodelaFe