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domingo, 10 de noviembre de 2013

Cofradías y Religión, una dualidad rota por el paganismo del Siglo XXI

Exponer una opinión crítica sobre la relación entre las cofradías y la Religión requiere realizar un análisis que entraña cierta complejidad semántica, por el significado de los conceptos que componen el título. Son términos diferentes pero íntimamente ligados, aunque muchos no lo tengan tan claro.

Según el Diccionario de la R.A.E., una Cofradía es una congregación o asociación autorizada de devotos con fines piadosos. En una segunda acepción un gremio de personas con un determinado fin. Por su parte, la Religión es un conjunto de creencias o dogmas acerca de la divinidad, de sentimientos de veneración y temor hacia ella, de normas morales para la conducta individual y social y de prácticas rituales, principalmente la oración y el sacrificio para darle culto. Sucede que la primera carece de sentido sin la segunda...

Del término Cofradía podemos substraer que es una agrupación de personas que cuyo fin primigenio es la oración, el acercamiento a Cristo y la mejora de la vida espiritual y personal de cada individuo.

Ser cofrade no siempre implica practicar la fe dentro de las cofradías. Popularmente se aplica el término cofrade para denominar al que forma parte de una cofradía, sin condicionarlo al hecho de vivir dicha fe; y tal vez sea éste uno de los grandes problemas que lastran hoy en día a nuestras hermandades.

Las cofradías así como sus Imágenes, se realizaron e idearon para potenciar la fe de las personas y acercarles a Dios. Pero no olvidemos que cuando entramos a un templo u observamos a un Crucificado avanzando por la calle, no es Dios el que está en la Capilla o en el Paso, sino Quien habita el Sagrario. Las tallas son “simples” esculturas de madera con la única función de representar algún momento de la Pasión de Ntro. Señor Jesucristo o alguna advocación de la Santísima Virgen María. 

Recordemos que la principal función de una cofradía es evangelizar, dar testimonio de Jesús vivo. Hoy en día, muchos cofrades olvidan por completo el sentido religioso de lo que hacen y si lo llevan a la práctica, muchas veces lo hacen por mero protocolo o por no faltar al cumplimiento debido.

Estar en una cofradía implica vivir tu fe con libertad, al igual que sucede fuera de ella, pero sin olvidar que pertenecemos a una hermandad porque queremos. Quien no sepa o no quiera ver que una Imagen no es más que una representación y no Dios mismo, o peor aún, un dios, cae en la idolatría... tal vez debería plantearse seriamente qué hace en una cofradía.

¿Cuántas personas escuchan realmente la misa del día de salida, rezan durante la Estación de Penitencia o acuden a los cultos de la hermandad…? ¿Para qué estamos en una cofradía? ¿Sirven las cofradías para lo que deben servir si en “teoría “ su función es tener un encuentro con Cristo?

No caigamos en la trampa de pensar que ser cofrade y ser cristiano son dos cosas distintas por mucho que algunos se acerquen a nuestro mundo por la parte cultural que indiscutiblemente tiene. También son las propias hermandades las que debe cuidar de que el ámbito cultural no prevalezca sobre el religioso para que los hermanos que las componen no olviden lo más importante; poner en práctica su fe.


Diego Benítez Jurado


Capilla del Sagrario de la Catedral de Córdoba





Recordatorio Ser Cofrade




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