La plaza de la Constitución de El Viso volvió a convertirse anoche, como ocurre cada cuatro años, en Belén, ese pequeño pueblo de Judea donde María y José buscaron posada no sin dificultades para alumbrar a Jesús. Arropados por el calor de los vecinos en la fría noche pedrocheña, los 40 actores dirigidos por José Rafael López dieron vida al Auto Sacramental de los Reyes Magos, una de las tradiciones navideñas más arraigadas en la zona norte de la provincia y un verdadero referente en el teatro popular de todo el país.
Aunque no se conoce con exactitud cuándo comenzó a representarse, el texto original se editó por vez primera en 1784. Escrito por el sacerdote Gaspar Fernández de Ávila (1735-1809), la obra mezcla durante más de dos horas la tradición bíblica, el folclore musical de Los Pedroches, los decorados grandiosos, el fervor popular y los bailes típicos en un texto dramático que los viseños, con orgullo, son capaces de recitar casi de memoria.
El auto, que se representa en un amplio espacio con varios escenarios (las posadas, el palacio de Herodes o el Portal de Belén) arranca con la escena de la Anunciación y prosigue con la entrada de María -en el DNI, Paula Torrero, estudiante de Segundo de Bachillerato- y José -Jorge García, arquitecto municipal- en Belén, donde ni vecinos ni posaderos están dispuestos a cobijar a la familia.
La recreación del Nacimiento de Jesús en el establo da paso a las escenas protagonizadas por los pastores: momentos de euforia, música y baile, además de sentido del humor y un toque pícaro. La llegada de los Reyes de Oriente, guiados por la estrella desde lejanos lugares, lleva a la plaza de El Viso escenas de lujo, lucidos vestidos y dádivas. La Adoración, pese a los intentos de Herodes por evitarla, está ya consumada y el niño Jesús, de nuevo, renace en tierras cordobesas.
Lo que ayer pudo contemplarse en El Viso es el resultado de un trabajo grupal que arrancó a finales del mes de septiembre con los primeros ensayos. Aunque lo cierto es que, como la tradición manda que ningún viseño repita en el escenario, la labor previa de selección de personajes dura varios años. "Aquí no hay casting", bromeaba ayer el director minutos antes de que los focos se encendieran sobre la plaza de la Constitución. "Esto dura todo el año. Me arrimo un poco a los corrillos de los jóvenes, observo las voces, los tonos, las actitudes", describe López. Entre paseo y paseo descubrió, por ejemplo, a Guiseppe, uno de los pastores principales de la representación. En la vida real, Manuel Aranda, de 32 años, trabaja los fines de semana en un bar, donde conoció al director. Guiseppe es el pastor que anuncia el nacimiento, es el "más divertido, el más guasón", describe Aranda, soldador de profesión. Los primeros ensayos fueron difíciles pero poco a poco, con esfuerzo, todo encaja, y las escenas que comparte con Rebeca -encarnada en esta ocasión por la cantante de copla Gema Carrasco- suelen ser de las favoritas del público.
"Los 40 actores son todos nuevos, ninguno ha hecho nunca teatro", subraya el director. Sobre la escena actuaron ayer con dedicación viseños de entre 5 y 55 años, aunque en la coral hay incluso octogenarios. "Es nuestra seña de identidad más grande, todo el pueblo se vuelca", dice López. Por eso cuando a Paula Torrero le comunicaron que era la primera candidata para encarnar a María recibió la noticia "con emoción". "Es un papel muy importante, que se recuerda durante generaciones", subraya.
Pablo López Delgado, de 45 años, encarna en esta ocasión al Rey Blanco, como en El Viso se conoce a Melchor. Salió de pequeño de ángel de la Anunciación, un momento que aún recuerda con gratitud. "Se viven momentos muy bonitos, conoces a los vecinos que te encuentras por la calle y apenas saludas, es una experiencia enriquecedora", dice. Momentos antes de salir, se atusaba la peluca y las barbas "con algunos nervios" y metido en su papel: "En realidad no es complicado. Lo que entraña más riesgo es el manejo de las vestimentas para subir y bajar de los caballos", confiesa. El segundo posadero, Antonio Linares, de 69 años, asume que en su papel se refleja un poco su personalidad: "He sido jefe de estudios en el instituto, así que estoy acostumbrado a reñir a los alumnos", bromea. Así que cuando tiene que mostrarse duro con San José para negarle cobijo tan sólo tiene que recordar algunos de aquellos momentos vividos.
El Auto de los Reyes Magos registró ayer un lleno absoluto. "Se han agotado todas las entradas", subrayó el alcalde, Juan Díaz (PSOE), y para las próximas representaciones -hoy por la mañana y por la tarde- tan sólo queda la reserva obligatoria de 150 entradas en taquilla. "Tenemos unas expectativas muy buenas", destacó el regidor, que una vez más agradeció "el esfuerzo y la colaboración" de los vecinos para mantener viva la tradición del nacimiento de Jesús en Los Pedroches.
Recordatorio Natividad