El silencio es figura retórica del poeta. El silencio lo utilizaba Neruda. Y Gandhi para meditar. Y Jesús para orar en el huerto de los olivos. ¿Cómo captar el silencio con una cámara? El fotógrafo tiene la respuesta a esta incoherencia, y lo hace a oscuras.
Porque en la oscuridad, en silencio y a solas es donde el artista compone el poema. Así surgen las musas. La diferencia es que, aquí, los versos tienen forma de cliché y el poeta no tiene pluma, sino un objetivo: captar la oscuridad del Silencio.
Así como del fondo de la música
brota una nota
que mientras vibra crece y se adelgaza
hasta que en otra música enmudece,
brota del fondo del silencio
otro silencio, aguda torre, espada,
y sube y crece y nos suspende
y mientras sube caen
recuerdos, esperanzas,
las pequeñas mentiras y las grandes,
y queremos gritar y en la garganta
se desvanece el grito:
desembocamos al silencio
en donde los silencios enmudecen.
Silencio,
por Octavio Paz