No se llegó a un acuerdo para remodelar el Martes Santo, que seguirá igual; tampoco la problemática de los horarios en la Madrugada ha podido cambiarse y, por lo tanto, será como el pasado año. Pero ello no es óbice para que las Hermandades y Cofradías en general cumplan con sus horarios y se mantenga un orden en caso de suspensión de la estación de penitencia o tener que refugiarse una corporación en otro templo por lluvia.
Es por ello que desde la junta superior se ha hecho hincapié a los delegados de día para que se extremen estas circunstancias y se dirijan de manera oficial a los fiscales de paso, hermanos mayores y diputados mayores de gobierno para ajustar los tiempos de paso o incluso poner los tramos de nazarenos de a tres o a cuatro si fuera menester. El incumplimiento conllevará sanciones –que deberán ser ratificadas por la Asamblea de hermanos mayores– tal y como se recogen en los estatutos del Consejo de Cofradías, como informó este martes la web Pasión en Sevilla.
Carlos Bourrellier, presidente del Consejo, señalaba a ABC que estas disposiciones no son nuevas y no habla de normas distintas. «Se aprobaron en los nuevos estatutos y parece que ahora es algo novedoso. Viene recogido en los estatutos que, como en las reglas de una hermandad, contienen un régimen sancionador. Pero no está en el ánimo del Consejo ir en contra ni perseguir a las cofradías, sino intentar que todo marche bien en cuanto a horarios y tiempos de paso. Nosotros estamos para ayudar a las hermandades».
«Que reine la mesura»
«La junta superior –abunda– lo que va a coordinar es que no se produzcan desmanes, pero eso no quiere decir que estemos para sancionar ni para ir detrás de una hermandad. Lo que queremos es que reine la mesura».
Sobre una mayor competencia de los delegados de días, Bourrellier aclaró que «esa autoridad la tienen los delegados, no es nueva y todo ello va encaminado a que el día en cuestión cumpla con sus horarios y haya armonía. Los mismos diputados mayores de gobierno, cuando su cofradía pasa por el palquillo de la Campana y hay retraso, están en conversación con el delegado de día».
De la misma opinión era Francisco Javier Gómez, delegado del Martes Santo, quien recuerda que las sanciones «están recogidas en los nuevos estatutos. Lo que se hace ahora es recordarlas para que se cumplan horarios y no haya cofradías que se relajen y perjudiquen a otras».
Manuel García, hermano mayor de la Macarena, refirió a este periódico que no sabía si estas disposiciones están recogidas en los estatutos, pero dejó claro que «nosotros, cuando nos ha cogido la lluvia, lo que hacemos es avisar al delegado, como ocurrió el pasado Viernes Santo».
Otra cosa son los horarios. Para García, es el auténtico problema. «Las hermandades han multiplicado el número de nazarenos pero no se han ampliado los tiempos de paso», por lo que el esfuerzo es importante y el hecho que un delegado elija cómo tienen que ir los nazarenos es algo «que ya hacemos nosotros. El año pasado metimos en la Campana a los nazarenos de cuatro en cuatro y con los cirios apagados».
Por su parte, Javier Criado, hermano mayor de Pasión, se mostraba más contundente. «El día en el que las hermandades no puedan regularse por así mismas, se producirá un deterioro importante», recordando que el Consejo de Cofradías «está para coordinar y representar las opiniones de las hermandades, no para sancionarlas».
Y fue a más. La institución cofradiera «es representante de las hermandades, su reflejo, lo que piensan, sienten y viven. Y si una hermandad pierde los “papeles”, sería una instancia superior al propio Consejo quien tiene que decidir, pero no la que representa a las hermandades».
Félix Ríos, hermano mayor del Gran Poder, es de la opinión de que «nuestra cofradía no da lugar a que se puedan inmiscuir en su desarrollo, eso es algo que no me preocupa. Es verdad que hay que cumplir los horarios por el bien de todos, que el Consejo está para ayudar pero lo que no puede haber son amenazas ni hablarse de régimen sancionador». En todo caso, Ríos quiere esperar «a tener conocimiento de todo, aunque es algo que no me preocupa».
Por otra parte, este año se grabará la Carrera Oficial en dos o tres puntos –la Campana, palcos, Avenida y salida de la Catedral– para intentar mejorar el paso de las Cofradías.
Es por ello que desde la junta superior se ha hecho hincapié a los delegados de día para que se extremen estas circunstancias y se dirijan de manera oficial a los fiscales de paso, hermanos mayores y diputados mayores de gobierno para ajustar los tiempos de paso o incluso poner los tramos de nazarenos de a tres o a cuatro si fuera menester. El incumplimiento conllevará sanciones –que deberán ser ratificadas por la Asamblea de hermanos mayores– tal y como se recogen en los estatutos del Consejo de Cofradías, como informó este martes la web Pasión en Sevilla.
Carlos Bourrellier, presidente del Consejo, señalaba a ABC que estas disposiciones no son nuevas y no habla de normas distintas. «Se aprobaron en los nuevos estatutos y parece que ahora es algo novedoso. Viene recogido en los estatutos que, como en las reglas de una hermandad, contienen un régimen sancionador. Pero no está en el ánimo del Consejo ir en contra ni perseguir a las cofradías, sino intentar que todo marche bien en cuanto a horarios y tiempos de paso. Nosotros estamos para ayudar a las hermandades».
«Que reine la mesura»
«La junta superior –abunda– lo que va a coordinar es que no se produzcan desmanes, pero eso no quiere decir que estemos para sancionar ni para ir detrás de una hermandad. Lo que queremos es que reine la mesura».
Sobre una mayor competencia de los delegados de días, Bourrellier aclaró que «esa autoridad la tienen los delegados, no es nueva y todo ello va encaminado a que el día en cuestión cumpla con sus horarios y haya armonía. Los mismos diputados mayores de gobierno, cuando su cofradía pasa por el palquillo de la Campana y hay retraso, están en conversación con el delegado de día».
De la misma opinión era Francisco Javier Gómez, delegado del Martes Santo, quien recuerda que las sanciones «están recogidas en los nuevos estatutos. Lo que se hace ahora es recordarlas para que se cumplan horarios y no haya cofradías que se relajen y perjudiquen a otras».
Manuel García, hermano mayor de la Macarena, refirió a este periódico que no sabía si estas disposiciones están recogidas en los estatutos, pero dejó claro que «nosotros, cuando nos ha cogido la lluvia, lo que hacemos es avisar al delegado, como ocurrió el pasado Viernes Santo».
Otra cosa son los horarios. Para García, es el auténtico problema. «Las hermandades han multiplicado el número de nazarenos pero no se han ampliado los tiempos de paso», por lo que el esfuerzo es importante y el hecho que un delegado elija cómo tienen que ir los nazarenos es algo «que ya hacemos nosotros. El año pasado metimos en la Campana a los nazarenos de cuatro en cuatro y con los cirios apagados».
Por su parte, Javier Criado, hermano mayor de Pasión, se mostraba más contundente. «El día en el que las hermandades no puedan regularse por así mismas, se producirá un deterioro importante», recordando que el Consejo de Cofradías «está para coordinar y representar las opiniones de las hermandades, no para sancionarlas».
Y fue a más. La institución cofradiera «es representante de las hermandades, su reflejo, lo que piensan, sienten y viven. Y si una hermandad pierde los “papeles”, sería una instancia superior al propio Consejo quien tiene que decidir, pero no la que representa a las hermandades».
Félix Ríos, hermano mayor del Gran Poder, es de la opinión de que «nuestra cofradía no da lugar a que se puedan inmiscuir en su desarrollo, eso es algo que no me preocupa. Es verdad que hay que cumplir los horarios por el bien de todos, que el Consejo está para ayudar pero lo que no puede haber son amenazas ni hablarse de régimen sancionador». En todo caso, Ríos quiere esperar «a tener conocimiento de todo, aunque es algo que no me preocupa».
Por otra parte, este año se grabará la Carrera Oficial en dos o tres puntos –la Campana, palcos, Avenida y salida de la Catedral– para intentar mejorar el paso de las Cofradías.