La hermandad de Las Angustias se ha encontrado tras su regreso a San Agustín con un pequeño imponderable que ha impedido subir al conjunto de Juan de Mesa al camarín de la Virgen: la necesidad de reajustar el sistema de iluminación, que no se adapta al grupo escultórico y deja el rostro de la Virgen totalmente a oscuras.
El contratiempo apenas es una anécdota para la hermandad tras el multitudinario regreso del pasado sábado y las largas colas del besamanos del domingo pero, eso sí, retrasa un poco una ansiada estampa cofrade: la de la Virgen en su camarín.
El contratiempo apenas es una anécdota para la hermandad tras el multitudinario regreso del pasado sábado y las largas colas del besamanos del domingo pero, eso sí, retrasa un poco una ansiada estampa cofrade: la de la Virgen en su camarín.