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miércoles, 19 de marzo de 2014

La Voz de la Inexperiencia: Córdoba espera


Yo ya estoy en Semana Santa, yo ya salgo con la chaqueta “por si refresca”, yo ya vuelvo un lunes tarde a casa viendo ensayos ‘ná más’, yo ya huelo a incienso en Córdoba, ya ando preparando mi Domingo de Ramos, mi papeleta de sitio, la mantilla, los tacones, el vestido, yo me levanto cada mañana viendo la medalla en primer plano, y su sombra, fruto de la luz que emerge de la ventana y de mis ojos aún cerrados, yo ya empecé a contar, ya mismo no me faltarán manos, y llegará, llegará la mañana del 13 de abril, cuando el Rey salga por San Lorenzo y haga brotar las florecillas de su jardín, de su placita, de su iglesia, de su barrio. 

Os recomiendo que viváis la Semana Santa desde ya, que lo bueno dura poco y la Semana de la Gloria se nos va en un suspiro, en el aire que nos sobra por ese alguien que nos falta, se nos va. 

Mientras que llega y no llega, cómo te me haces de rogar,  Semana eterna, me deleito cuando veo una cola de coches esperando a ver si los del ensayo los dejan pasar, “ajú quillo, que esto está aquí ya”, otra cola de hermanos esperando para pagar su papeleta de sitio, que me gusta a mí el saborcito que me deja la Cuaresma…

Y para deleite… la mañana del sábado en los patios de mi San Francisco, con mi gente, con mis niños, mi hermano carnal y los postizos, que no son pocos, una estampa única, mi Hermandad a mis espaldas, su gente, el brillo de la candelería hacía un juego perfecto con los rayitos del sol que lucían, para colmo, la vista al frente y un legado de buenas promesas, de intentos, yacía en la cancela, todos diferentes, pero debajo del pasito, todos iguales. 

Con la disciplina que entraña un paso, con un equipo de capataces y amigos que estaban aquella mañana por ayudar a los chiquitines, así, se iba formando la juventud cofrade, haciendo y deshaciendo ropas, repitiendo las levantás, corrigiendo defectos, toda aquella gente estaba allí por vosotros, para vosotros y con vosotros. Probablemente, a muchos de los que hoy en día pasean en la Semana por antonomasia a sus sagrados titulares les hubiera gustado tener un patio de recreo, una escuela del costalero, porque ya está bien de decir que así se nace, las cosas se aprenden tras mucho errar, así que no decaigáis nunca…

Destaco algo que aprendí de aquel ensayo… Cuántas veces corrigieron la barbilla de más de uno, cabeza al frente, sin humillar, vayas o no bajo una trabajadera, “mira pá lante, chiquillo”, así se afronta la vida, “más poco a poco, reposao”, “las cuatro patas a tierra por igual”, así, con el equilibrio de los que te hacen sentir que forman parte de ti, el paso lo conforma uno, un equipo, que a su vez se forma de treinta niños que caminan racheando sus zapatillas, metiendo riñones y diciendo “vámonos de frente”. No solamente os enseñaron a andar bajo un paso, sino que os enseñaron una manera de afrontar la vida. 

Acabo este artículo como no podía ser de otra manera, felicitando a la Hermandad de Las Angustias por su procesión, así como su vuelta a casa y por tener ese apoyo, a una hora de la entrada en si iglesia, la plaza ya no podía acoger a más gente. 

Da gusto ver planos aéreos del sábado vespertino cordobés, es un orgullo que tras un año de múltiples acontecimientos tan cofrades como históricos, los cordobeses respondan de una manera tan positiva ante semejantes propuestas. 

Las fotos del besamanos circulaban por las redes a la media noche, qué orgullo, me reitero, enhorabuena. 

Ánimo para lo que queda de Cuaresma, se hace de rogar la Semana Eterna, y dura menos que una chicotá. ¡Duro con Él, valientes!

María Giraldo












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