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viernes, 21 de marzo de 2014

El coste de mantener abierta la casa de Dios


Las hermandades mantienen abiertas al culto muchas iglesias. La Hiniesta sostiene San Julián en un 90%. Pasión paga 8.400 euros por su estancia en el Salvador.

Una de las frases que más repite el arzobispo, monseñor Asenjo, sobre las hermandades de Sevilla es que si no existieran habría que inventarlas. Las cofradías de Sevilla aportan mucho a la ciudad y en muchos sentidos. Uno de los principales es el mantenimiento y la conservación de numerosos templos repartidos por toda la ciudad. Las cofradías gastan miles de euros en estos edificios, la mayoría de ellos con siglos de antigüedad, y muchos declarados Bien de Interés Cultural (BIC). Hay hermandades que sostienen parroquias, capillas, iglesias y basílicas que, de otro modo, no podrían mantenerse en pie para mostrar los grandes tesoros que encierran en su interior. Esa es otra de las grandes aportaciones que las hermandades hacen a la ciudad: el mantenimiento de buena parte de su patrimonio. Pero, ¿cuánto le cuesta a una hermandad mantener un templo? 

Esta pregunta tiene varias respuestas. En primer lugar, depende de cómo sea el templo y en calidad de qué se encuentra la corporación. Uno de los ejemplos más repetidos es que la hermandad radique en una parroquia. Éste es el caso de la Hermandad de la Hiniesta, cuya sede canónica es la iglesia de San Julián. Su hermano mayor, José Antonio Romero, revela que la Hiniesta mantiene San Julián en un 90%: "Es un dato poco conocido fuera de la hermandad, pero que debe conocerse. Nosotros corremos con los gastos de electricidad, agua, limpieza y otros que van surgiendo". 

La corporación tiene presupuestado para el presente ejercicio -en la Hiniesta las cuentas comprenden del 1 de junio al 31 de mayo, 10.500 euros- "A estas alturas ya hemos cubierto 7.500 euros correspondientes a agua, limpieza, electricidad y colaboraciones varias con el párroco". A esta cantidad hay que sumarle otros 4.000 que se han destinado este año a la limpieza y unas obras en las cubiertas del templo. "Esta colaboración ha sido así desde siempre y lo hacemos muy gustosos, lo que pasa es que quien no es de la hermandad no lo sabe". 

Otra hermandad que tiene que desembolsar una cantidad de dinero muy importante para mantener su templo abierto es los Negritos. La capilla de los Ángeles abre a diario para celebrar misa. La cofradía del Jueves Santo tiene que hacer frente al pago de un capiller y un capellán; además de los gastos habituales y los suministros. Todo ello suma un total de más de 24.000 euros anuales. Además, hay que contabilizar los imprevistos. Este año se han empleado 12.000 euros en diversas actuaciones de conservación. Las cuentas se incrementan con otros 1.200 que se dan para la parroquia y el seguro del inmueble que ronda los 5.000. "Nosotros tenemos la ventaja de que estamos en nuestra casa, pero también tenemos que correr con todos los gastos", explica José Luis Pizarro, teniente de alcalde de la corporación. 

El caso de la iglesia Colegial del Divino Salvador también es significativo. Las hermandades que allí residen -el Amor, Pasión y el Rocío- tienen que pagar una cantidad anual por su estancia. En el caso de Pasión, la aportación a la Iglesia es de 8.400 euros anuales. La Hermandad de Pasión es la propietaria de la capilla sacramental, que cuenta con una acceso independiente a través del Patio de los Naranjos. Por ello, tiene contratado a dos capilleres para mantener la capilla abierta durante ocho horas al día, todos los días del año. El coste aproximado es de 40.000 euros. Por concepto de suministro eléctrico tienen que desembolsar otros 3.000 euros. Aparte de todas estas cantidades, la Hermandad de Pasión también realiza una contribución al Arzobispado a través del Fondo Común Diocesano (2.366 euros anuales), así como donativos al arzobispo en las función de la hermandad y en los traslados del Lunes Santo, habitualmente presididas por el prelado.







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