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viernes, 21 de marzo de 2014

El Solemne Besapiés de Ntro. Padre Jesús en su Soberano Poder ante Caifás por Miguel Ángel Badía


Magnífico reportaje de Miguel Ángel Badía Álvarez (Cámara Cofrade) del Devoto Besapiés de Nuestro Padre Jesús en su Soberano Poder ante Caifás, Titular de la Pontificia y Real Hermandad del Santísimo Sacramento y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús en su Soberano Poder ante Caifás, Nuestra Señora de la Salud y San Juan Evangelista de Sevilla, conocida popularmente como Hermandad de San Gonzalo.

La imagen de Nuestro Padre Jesús en su Soberano Poder de la Hermandad de San Gonzalo, que ejecutara en 1975 Luis Ortega Bru, y que finalizara en 1976, puede ser calificada como una de las piezas señeras de la imaginería sevillana durante el siglo XX.  Su disposición física muestra la cabeza inclinada hacia abajo y hacia la izquierda, siguiendo el ritmo de la composición global del paso de misterio actual, sin volver la mirada totalmente hacia Caifás. Las facciones del rostro son marcadas y armónicamente proporcionadas. Podemos destacar los ojos tallados y pintados en la madera, y los labios carnosos que configuran la boca entreabierta, en la que se pueden vislumbrar los dientes y la lengua, marcando con absoluto realismo la acción de hablar.


El análisis global de la obra completa deja claro, tras su simple observación, la actitud física valiente e incluso atrevida con la que está concebida. Ortega Bru no quiere ajustarse a los cánones clásicos de la representación iconográfica de los Cautivos, tradicionalmente tratados de manera frontal, y, siguiendo las concepciones propias de su quehacer, sorprende al crear un cuerpo en movimiento, en una disposición casi imposible y contraria a las leyes no escritas de la imaginería procesional. Se capta, en toda la representación, la fugacidad de un impulso marcado pero a la par serenado por la expresión del rostro de Cristo. 

No es el cuerpo de Nuestro Padre Jesús en su Soberano Poder de Ortega Bru el de un Nazareno. Su zancada no es potente ni determina un esfuerzo físico considerable para portar la Cruz. De hecho, el compás de las piernas no es excesivo. En la Historia del Arte no faltan ejemplos de un movimiento similar al que presenta el titular de San Gonzalo, especialmente durante el siglo XVI, en la etapa del Renacimiento tardío o Manierismo, y en los campos de la pintura y el grabado. 


El cuerpo está totalmente anatomizado y mide aproximadamente 1,85 metros de altura. La pierna derecha se flexiona hacia delante, mientras el pie se asienta con firmeza en el suelo. La izquierda, en plano hacia atrás desde la rodilla, se apoya sobre los dedos del pie flexionándolo contundentemente, pero muy próximo, en el eje de apoyo longitudinal, a una imaginaria línea paralela al otro apoyo. 


El tronco, de potentes formas, sigue la disposición del movimiento de las piernas, elevándose el hombro izquierdo y, para continuar el gesto expresivo de la cabeza, vira aproximadamente unos cinco grados sobre su eje natural contrario a la evolución de la misma. El tratamiento potente y expresivo con el que están talladas las manos es tradicional del trabajo de Ortega Bru, apareciendo en su actitud cautiva la derecha sobre la izquierda. A falta de un estudio más revelador sobre materiales, indiquemos que, excepto la actual peana de cedro, esta imagen está tallada completamente en madera de pino de Flandes. La policromía esta realizada al óleo, aplicándose veladuras con acuarela antes de la utilización  de los barnices.


La historia de la Hermandad de San Gonzalo fue inicialmente la de un grupo de jóvenes que tuvieron la bendita ilusión de crear una hermandad y que fueron bien dirigidos y encauzados en sus inquietudes por ilustres religiosos sevillanos de los años cuarenta del siglo XX. Estos jóvenes tuvieron el acierto de radicar su sueño y esfuerzo en una nueva parroquia con una floreciente feligresía, donde la naciente Hermandad y Cofradía enrizaría fuertemente en el espíritu, la devoción y la vida de un amplísimo sector de la Triana de la segunda mitad de la centuria vigésima. Es por lo tanto San Gonzalo una Hermanad joven en la renovada historia, año a año, de la Semana Santa de Sevilla. Pero como señaló el que fuera Arzobispo de Sevilla, el Cardenal Fray Carlos Amigo Vellejo, en la celebración del Pontifical dedicado a Nuestra Señora de la Salud con ocasión del Cincuentenario de su Primera Salida Procesional: “El tiempo se mide en amores”. Con esa medida San Gonzalo seria ya una Hermandad milenaria.


Los ojos de cualquier historiador no pueden más que sorprenderse ante el paralelismo patente  entre la vida de la Hermandad de San Gonzalo, la de su barrio y la Parroquia que es su sede canónica, y la que nomina popularmente. La que en principio fue Hermandad y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús en Su Soberano Poder ante Caifás y Nuestra Señora de la Salud, acentuó sus vínculos con la vida de su feligresía al fusionarse con la Sacramental de la Parroquia, en mayo de 1953. Esta Hermandad fue fundada también en 1942, unos meses después que la Hermandad de Penitencia.


Un antiguo hermano y cofrade de San Gonzalo escribía hace unos años, viendo la vida de su Hermandad y el discurrir de la cofradía en la calle los Lunes Santos, que: “con orgullo, desde la segunda fila de la emoción y con la nostalgia del recuerdo, veía como mi Hermandad crecía año tras año y se convertía en centro de devociones y Fe cristiana”. Efectivamente, la Hermandad, tras los siempre complejos momentos iniciales, fue cumpliendo con esfuerzo los objetivos marcados en sus Reglas y los generales propios de las Hermandades penitenciales sevillanas, siguiendo los dictados del Arzobispado hispalense. La vida diaria de San Gonzalo ha sido y es un edificio que se asienta seguro y con fuerza sobre dos pilares esenciales: la devoción a Nuestro Padre Jesús en Su Soberano Poder ante Caifás y la devoción a Nuestra Señora de la Salud. Ellos son, como imágenes de Cristo y de su bendita Madre, el norte y la guía de nuestros esfuerzos, a los que nos encomendamos y pedimos que siempre estén a nuestro lado y no nos abandonen; en los momentos dulces y en los duros avatares de la vida. A ellos, junto con el Santísimo Sacramento del Altar, como señalan nuestras Reglas, debemos y rendimos veneración y culto: “Los Actos de Culto son fundamento esencial de la vida de la Hermandad y, como manifestación de la fe vivida en común y en fraternidad, inspiran y justifican todas las actividades que deben ser fruto de ellos”.


Se aproxima ya el cumplimiento de los setenta y cinco años de vida, partiendo desde la aprobación de sus primeras reglas de 1942, de la Hermandad de San Gonzalo. A lo largo de estos años son muchos los acontecimientos vividos e imposible resumir en unas breves líneas sin cometer algún olvido imperdonable. Aun así señalemos algunos hechos destacados de esta trayectoria. A la hechura y bendición de sus primeros titulares, entre 1943 y 1945, obras de José Luis Pires Azcárraga y Rafael Lafarque, respectivamente, siguió la ejecución de las figuras del misterio y la realización de paso con el que procesionó la Hermandad, aún sin finalizar en su exorno la primera salida en Semana Santa, el Lunes 22 de marzo de 1948, acompañado en su cortejo por representaciones de las cuatro, entonces hermandades de penitencia de Triana: La Estrella, Esperanza de Triana, La O y el Cristo de la Expiración. Hasta el Lunes Santo de 1955, el 4 de abril, la Cofradía no procesionaría completa, pues en esa fecha lo hizo por primera vez el palio de Nuestra Señora de la Salud, cumpliéndose así la ilusión de todos los hermanos y devotos de su amantísima titular.


En 1961 se estrenaría la nueva imagen del Señor de San Gonzalo obra de Antonio Castillo Lastrucci, autor también al año siguiente de las figuras secundarias del misterio. En honor al “Cristo del Soberano Poder” acordó el Ayuntamiento de Sevilla rotular la Calle Antigua del Barrio León, el 3 de noviembre de 1971. Ya 1946, la calle Llana pasó a denominarse Nuestra Señora de la Salud. La amantísima titular de la Hermandad participó en las Misiones Generales convocadas por el Cardenal D. José María Bueno Monreal en 1965, al igual que recorrería las calles de la feligresía en Santo Rosario, en 1966, como parte de los actos de conmemoración del veinticinco aniversario de la fundación de la Hermandad. Las imágenes titulares de San Gonzalo han recibido culto externo en diversas salidas extraordinarias en las que siempre estuvieron amplia y devotamente acompañadas por hermanos y fieles. El Señor en diversos y siempre piadosos Vía Crucis. La Señora en Rosarios y en salidas como la 1974, el 19 de octubre, con objeto de ganar el Jubileo del Año Santo Compostelano, siendo portada por una cuadrilla de costaleros de la Juventud de la Hermandad a las órdenes del recordado Juan Vizcaya. También en salida extraordinaria, Nuestra Señora de la Salud procesionó en la conmemoración del cincuentenario de su primera salida procesional, el 24 de septiembre de 2005, consagrándose en su honor una Solemne Misa de Pontifical, en los jardines de la Fundación Carrere, presidida por el Emmo. y Rvdmo. Sr. Cardenal Arzobispo de Sevilla Fray Carlos Amigo.


El germen de aquella cuadrilla de costaleros de la Juventud de San Gonzalo de 1974, fructificaría en la primera salida del paso de misterio, el Lunes Santo de 1976, portado por una cuadrilla de la Hermandad. Esta cuadrilla, con el paso de los años y unida a la del paso de palio, se ha convertido en un referente de devoción y buen hacer en la Sevilla cofrade. Ese mismo año de 1976, realizó su primera salida procesional la talla completa de Nuestro Padre Jesús en Su Soberano Poder, obra de Luis Ortega Bru, acompañándole una nueva figura de Caifás también del mismo imaginero.

Los momentos azarosos en la vida de una Hermandad dejan siempre una honda huella de dolor. De los vividos en San Gonzalo quizás ninguno tan duro como el incendio producido en la madrugada del Viernes Santo, 8 de abril de 1977, en el entonces altar de Nuestra Señora de la Salud en el que se levantaba el Monumento para los Oficios. El desgraciado accidente motivo la pérdida de nuestra anterior titular y la hechura por Luis Ortega Bru de la actual, que conserva las manos de la antigua, talladas por Antonio Eslava. Las imágenes de San Gonzalo permanecieron expuestas al público en la cercana Parroquia de San Joaquín hasta que, reabierto al culto el templo el 6 de mayo de 1978, los titulares fueron en un nuevo altar realizado por  el gran tallista nuestro hermano Manuel Guzmán Bejarano. En el junto al Señor y la Virgen figuraría la nueva imagen de San Juan Evangelista donada por Ortega Bru.


En los meses de octubre y noviembre de 1992, dentro del programa de actos del Cincuentenario fundacional de la Hermandad, tuvo lugar la bendición de la nueva Casa de Hermandad en la Avenida de Coria. Muy importante por el carácter sacramental de San Gonzalo fue la recuperación de la salida del Santísimo Sacramento por las calles de la feligresía, bajo la fórmula de procesión eucarística en lugar de impedidos, como se hizo hasta 1987. También recordemos finalmente, en este pequeño y apresurado resumen, la presencia de paso de misterio en la procesión del Santo Entierro Magno de 2004.

Y así, año tras año, obra tras obra, culto tras culto, devoción tras devoción; la Hermandad de San Gonzalo se ha ido forjando hasta llegar a contar en su nómina con más de cinco mil hermanos y en sus filas cofrades con más de dos mil nazarenos y costaleros. Un camino en el que siempre ha estado presente una característica de la Hermandad y de todas las de Sevilla; la atención a la Caridad y a la Acción Social. Un trabajo de décadas fraguado por juntas de gobierno y el esfuerzo colectivo de todos para llegar a alcanzar los fines generales que le son propios: “Acoger a cuantos bautizados quieran dar cauce a su vida cristiana en el seno de la Hermandad, llevándoles a un mejor conocimiento y vivencia del Mensaje de Jesús…”










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