Puede que el título del artículo les de alguna pista sobre el tema que
voy a tratar. El próximo 16 de abril se celebrará uno de los acontecimientos
deportivos del año: la final de la Copa de Su Majestad el Rey. Lo relevante de
este asunto es que ese mismo día es Miércoles Santo…
No voy a entrar en la educación y el respeto de los organizadores de
dicha competición fijando esta fecha tan señalada para la mayoría de españoles,
ni en cómo la televisión y el fútbol influyen en la sociedad de este país,
puesto que todo ello daría para tres artículos y prefiero enfocar el tema de
otro modo.
Hace un par de años también “coincidió” la final de la Copa del Rey con
el Miércoles Santo. Suele ser un día de los que salen muchas Hermandades en la
gran mayoría de ciudades. En mi ciudad, ese día realizan estación tres
Hermandades de mucho tirón popular: Abandono, Medinaceli y Oración del Huerto. Seis
pasos en total. Recuerdo que las calles estaban semivacías, la carrera oficial
con una afluencia de público irrisoria. Podía acompañar a cualquiera de los
pasos durante todo el recorrido oficial. Eso sí, en los bares la gente gritaba
y armaba escándalo sin tener en cuenta que justo un par de metros más allá de
la puerta estaban pasando hileras de nazarenos, cuando no pasos de misterio o
de palio. Terminó en prórroga y hubo un gol en los últimos minutos, imagínense
la escandalera. Bochornoso. Una vez finalizado el partido, oleadas de gente en
dirección a una fuente de la ciudad para celebrar el título. Otros se iban a
casa disgustados. Y las Cofradías, recorriendo las calles. Sentí vergüenza
ajena, y la verdad es que me volví a casa muy disgustado. Se me pasaron muchas
cosas por la cabeza.
No sé qué pensar, se lo prometo. El corazón me pide decir que los
cofrades de verdad estamos más cómodos sin esa gente (que curiosamente también
se hace llamar cofrade) que prefiere ver un partido de fútbol a ver Cofradías
en la calle. La cabeza, que no diga lo anterior, puesto que hemos de estar
abiertos a toda esa gente que se acerca a las Hermandades durante la Semana
Santa. El final del artículo, en esta ocasión, permítanme que lo deje a su
elección. Yo no soy capaz de emitir una opinión certera sobre un tema que tiene
muchas aristas y muchos matices. Les invito a opinar sobre el tema por redes
sociales o por el foro. Lo que sí digo es que quien prefiera ver un simple
partido de fútbol a una Cofradía por las calles de su ciudad, él se lo pierde…
José Barea
Recordatorio Verde Esperanza: Las Hermandades, perfume de Cristo