El tiempo concede siete días de tregua que permite la salida
de todas las cofradías. El público llenó las calles todos los días, aunque en
ocasiones no estuvo a la altura.
El Martes Santo llegaba a la plaza de la Catedral de
recogida el palio de Lágrimas de Piedad con la candelería completamente
encendida. Lo mismo ocurría el Viernes Santo en Sagasta o San Agustín con los
palios de Servitas y Buena Muerte. Esta imagen de un paso procesionando por la
ciudad con la candelería encendida, viene a resumir a la perfección que Cádiz finalizó
ayer la Semana Santa soñada. Siete días de intensa pasión en la que
posiblemente los dos aspectos más destacados han sido que el tiempo permitió
que todas las hermandades realizaran la estación de penitencia y que las calles
posiblemente estuvieron más llenas de público que nunca.
El tiempo
Era casi una intuición de cara a 2014, y se ha cumplido al
pie de la letra. Se pronosticó una Semana Santa sin inconvenientes en cuanto a
la meteorología y así ha sido. Hasta el día de ayer, en que las predicciones
planteaban ciertas dudas, logró salvarse en su totalidad.
A la ausencia de lluvias –curiosamente se pronosticaba
riesgo de agua para el día anterior al Domingo de Ramos y hay casi seguridad de
que hoy, Domingo de Resurrección, lloverá– hay que sumar las altas temperaturas
como otra clave de la Semana Santa. Un calor que en ocasiones ha sido excesivo,
aunque afortunadamente no ha tenido grandes repercusiones en los cortejos.
Y el viento ha sido otro factor meteorológico que ha jugado
a favor de las hermandades este año. No ha sido todos los días, pero sí ha
habido jornadas que ha permitido que los pasos y los cortejos luzcan en todo su
esplendor (como el Martes y el Viernes Santo, sobre todo).
Ambiente
Junto a la bonanza meteorológica, el ambiente que ha rodeado
a las procesiones es otra de las claves principales de esta Semana Santa.
Numeroso público ha llenado prácticamente todos los rincones por donde
transcurrían los cortejos. San Juan de Dios el Domingo de Ramos, la recogida de
Sanidad en Santa Cruz el Martes Santo, la calle San Francisco en la noche del
Jueves Santo esperando El Huerto y Nazareno, son ejemplos del ambiente que ha
tenido la ciudad, mayor si cabe que el de años precedentes.
El público
Y aunque ha sido una de las cosas más positivas, la enorme
cantidad de público que ha presenciado los desfiles procesionales,
desgraciadamente ese público no ha estado siempre a la altura de las
circunstancias. Numerosos episodios desagradables se han desarrollado a lo
largo de la semana con el público como triste protagonista (gritos e insultos
al Despojado o al palio de las Penas, por ejemplo). No obstante, pensando en
positivo, hay que reseñar que estas actuaciones totalmente condenables las
ocasionan un reducido, muy reducido, grupo de personas, frente a las miles que
presencia cada cofradía. Por lo cual, son pequeñas excepciones a las que no hay
que prestarle más atención, aunque lleguen a romper brillantes momentos del
paso de un cortejo (normalmente del paso).
A estos desagradables episodios se une una falta de
educación manifiesta en muchos casos. Niños pidiendo cera, personas que no
tienen reparos en cruzar por medio de los cortejos, campamentos semanasanteros
a pie de acera, poca colaboración con el cruce de personas o con el paso de
cofradías... han sido una triste tónica la Semana Santa.
Los avances
Muchos, y muy buenos, ha tenido la Semana Santa de este año.
Tanto a nivel patrimonial, con estrenos como el del paso del Despojado, el
inicio del dorado de Columna, el palio de Buena Muerte, los candelabros de
Soledad de Vera–Cruz, el misterio de Borriquita (a falta de los candelabros
nuevos), el palio de Sanidad bordado o las túnicas de Humildad; como en número
de capirotes que han procesionado con sus cofradías, en la forma de poner un
cortejo en la calle por parte de algunas cofradías o en el exorno floral de la
mayoría de los pasos (también con excepciones en el lado negativo) y de vestir
a las imágenes.
A esto se une también un buen número de detalles destacados
que ha tenido esta Semana Santa: Nazareno del Amor y de Humildad acercaron sus
pasos a la puerta de sus templos para recibir a Borriquita; el Cristo de Piedad
sin cantoneras; los peculiares ramos de cera del palio de La Palma; la túnica
de Sanidad (del mismo color y material que la de la primera salida procesional
del Señor del Mayor Dolor, coincidiendo con su primera salida tras ser
restaurado); los bordados en el misterio de Descendimiento; los nuevos rincones
‘descubiertos’, como la calle Cervantes como alternativa a San Pedro, Cánovas o
Mina; o el San Juan en Medinaceli, entre muchos otros.
La madrugada
Después de varios años sin poder desarrollarse con
normalidad, la Madrugada del Viernes Santo amenaza con ser uno de los temas
sobre los que más vueltas se de a partir de ahora. A cierta hora de la noche,
el público de la calle disminuyó en exceso, la carrera oficial estaba
prácticamente desierta al paso de las dos cofradías de la jornada y los parones
entre una y otra parecen del todo excesivos.
Así las cosas, y aunque ambas corporaciones son reacias
hasta ahora de hablar de cualquier modificación, las posibles soluciones pasan
por un ajuste horario entre Descendimiento y Perdón (de manera que pasen una
detrás de otra por carrera oficial) o por la incorporación de cofradías a esta
jornada. En cualquier caso, es el Consejo el que tendrá que determinar algo de
cara a 2015.
Esa Semana Santa de 2015, precisamente, empieza a
organizarse prácticamente desde hoy mismo, cuando el desmontaje de pasos y la
limpieza de enseres empieza a marcar la cuenta atrás para un nuevo Domingo de
Ramos.