El domingo, en la localidad de Villa del Río, el cielo presagiaba un día caluroso, de esos como lo que deseamos ver en Semana Santa. El aire olía distinto, el ambiente estaba distinto... Sonaban las campanas de la parroquia y no era para menos, la Eucaristía había terminado y los más pequeños del pueblo se arremolinaban impacientes alrededor de los bancos de la iglesia. Todo el trabajo de las Hermandad junto con los más infantiles de las corporaciones, estaba preparado en el interior
Poco a poco, la banda, realizó el pasacalles desde el Ayuntamiento hasta la puerta del templo, y alrededor de las 12:15 horas, los primeros niños hacían aparición bajo el dintel de la portada.
Los primeros en hacer su aparición fueron los de la Hermandad del Huerto, que hace su salida en la tarde del Jueves Santo, seguido del paso en miniatura de la Hermandad del Señor de la Humildad en su Presentación al Pueblo y San Bartolomé Apóstol, que realizan Estación de Penitencia el Miércoles Santo.
No faltó ningún detalle en esta Semana Santa Chiquita que cada año tiene más aceptación en este pueblo del Alto Gudalquivir. Cada Hermandad abría su cortejo con estandarte, nazarenos, mantillas y presidencia con varas.
Sin hacerle caso al sol de justicia que hoy brillaba en su máximo esplendor, los más jóvenes de Villa del Río, seguían avanzando en su camino, y aparecieron las Hermandades de la Madrugá Villarrense, la Hermandad del Nazareno, la Hermandad de María Magdalena y el Paso del Evangelista.
Sin corte alguno y precediendo a la banda, hizo su salida la Hermandad de los Estudiantes. Hermandad que hace su salida en la noche del Viernes Santo, desde hace más de 50 años.
Cerrando la procesión de la Semana Santa Chiquita, iba el paso de la Imagen de la Soledad.
Con los años se ha convertido en una tradición que una semana antes del Domingo de Ramos, los vecinos del pueblo de Villa del Río, salgan para acompañar a los niños y niñas del municipio y a las procesiones que con tanto cariño han preparado junto a sus Hermandades.
Raquel Medina Rodríguez
Recordatorio La ilusión de los niños del barrio de Levante