Para comenzar esta andadura tenemos que hacer referencia al fundador de esta saga, Rafael Franco Luque, nacido en la localidad cordobesa de Palma del Río en 1881. A los 7 años se traslada con su familia a Sevilla, entablando desde los primeros momentos de su llegada un vínculo con la Semana Santa que se hizo más patente con los costaleros.
Por mediación de una amiga, conoce al capataz Antonio Torres Macías, conocido en el mundillo cofrade por “Juanillo Fatiga”, gracias al cual se fue introduciéndo en el ambiente de capataces y costaleros, participando en sus tertulias y comenzando a tomar sus propias convicciones de lo que tenía y no tenía que hacerse.
De esta forma, en vez de tomar escuela del Fatiga o de Tarila, este último de gran popularidad en aquellos días, toma partido por otro capataz que era considerado como de los más serios, Francisco Palacios, llegando este último a ofrecer a Rafael un puesto en su cuadrilla.
Su aprendizaje lo completa como ayudante de Francisco, entre los años 1905 y 1907, para ir pensando ya en tener su propia cuadrilla, todos de igual altura y disciplinados. En 1908, reune a su primera cuadrilla de 40 hombres para sacar la Sagrada Mortaja, donde implementó la forma de llevar los pasos de forma natural y llevando terno negro, adoptándolo después el resto de capataces.
Su aceptación fue tal, que ese mismo año fue requerido por la Hermandad del Gran Poder, sacando esta Hermandad durante 35 años de forma casi continuada, salvando los años comprendidos entre 1926 y 1929. En 1910 es requerido como capataz de La Amargura, para llevar el mando del conocido “Silencio Blanco”, siendo ya el capataz y cofrade de esta Corporación durante toda su vida.
Cuando falta Francisco Palacios, se hace cargo de sus cuadrillas, pero al no querer continuar los hijos de Francisco con ellas desaparecen como tal, con respecto al capataz “Juanillo el Fatiga”, paso algo parecido, desapareciendo con él su cuadrilla y el apelativo.
Entre los ayudantes de Rafael se encontraban Agustín Miró como ayudante y Antonio Francés como contraguía, que pronto se independizaron y formaron sus cuadrillas, quedando a Rafael el sobrenombre de “Maestro de Capataces”. Tras abandonar la Mortaja, se incorporó como cofrade y capataz de San Isidoro, Hermandad en la que ha continuado su dinastía.
Destacar que también fue el primero en tener dos cuadrillas, hecho acaecido al ofrecerle ser capataz de La Macarena y, para no dejar el Gran Poder, formo otra. Esto mismo lo fue repitiendo al tener más Hermandades, como fue el caso de La Hiniesta, Prendimiento y Siete Palabras, Santa Cruz, etc. El hecho del aumento de las cofradías y el tener que sacar cada vez más, también aumento su nómina de auxiliares, entre los que destacaron Manuel el del Gas, José el Naranjero, Ayala y Rafael Ariza Aguirre, este último estuvo 20 años junto al maestro y todos ellos obteniendo gran reputación, en mayor o menor medida. En 1922 se incorpora como capataz a La Candelaria, estableciéndose un vínculo de exclusividad que ha perdurado con el paso de los años.
En 1924 se hizo cargo de la reorganizada Cofradía de Las Penas de San Vicente, en la que estuvo al mando durante 18 años y en 1925 se hizo cargo de la Hermandad del Cachorro.
Rafael Franco Rojas, nacio el 6 de febrero de 1913, siendo bautizado en la parroquia de San Lorenzo. Desde muy joven se interesó por el trabajo de su padre y el de otros capataces, haciéndose cargo a los 14 años, en 1927, del palio de la Hiniesta, conviertiéndose en el hombre de confianza de su padre, aunque Rafael Ariza continuó siendo el segundo.
En 1930 se desplazó a Jerez para sacar la Cofradía de San Mateo, llevando de segundo a José Ariza Mancera, hijo de Rafael Ariza. En Sevilla se incorporó a la Hermandad de La Soledad de San Lorenzo, mientras su padre sacaba San Isidoro y Ariza el Cachorro, siendo ya esta última cedida a Ariza a partir de 1928 y Las Cigarreras en 1930, comenzando desde entonces la era de Rafael Ariza Aguirre, como capataz independiente y cogiendo posteriormente Santa Cruz y La Macarena. En 1828, Rafael cambia con Eduardo Bejarano la Cofradía del Valle por la de Montensión.
Manuel Franco Rojas nació el 27 de abril de 1924, siendo bautizado en la parroquia de San Vicente. Comenzó en 1939 como ayudante de su padre, cuando aun no tenía los 15 años, mientras su hermano se encargaba de la segunda cuadrilla de su padre.
Rafael Franco Luque se hizo cargo del Calvario y La Carretería, mientras que su hijo Rafael, se hacía cargo de su primera cofradía propia, al reorganizarse la Hermandad de La Vera Cruz, siendo primer y único capataz desde 1944, además participó como cofrade en la vida de esta Hermandad, llegando a ser consiliario de su Junta.
1946 sería el último año de Rafael Franco Luque como Capataz, incluyendo en su nómina la Hermandad del Museo. El 1 de febrero de 1947, falleció a la edad de 66 años, llevando como último traje, en un sepelio multitudinario, la túnica de la Hermandad de La Amargura. El féretro fue llevado desde la parroquia de Santa Cruz hasta el cementerio de San Fernando a hombro de costaleros, capataces y cofrades. El propio Rafael Ariza Aguirre lo definió como el mejor capataz de todos los tiempos.
Rafael Franco Rojas, se hizo cargo de las dos cuadrillas de su padre y todas sus cofradías, queriendo Manolo Franco continuar como ayudante de su hermano. Con Rafael nacen los conocidos “Ratones”, costaleros de baja estatura que se hicieron famosos por la forma de andar sobre los pies en los palios.
En los años 50, llego a sacar en la Madrugá tres hermandades, al incorporarse a La Macarena y seguir en el Gran Poder y Calvario. En 1954, en vísperas de la Coronación Canónica de su Virgen de la Amargura, fue cesado como capataz de su Hermandad, hecho que afectó mucho al capataz. En 1957, saca por primera vez el palio de la Virgen de las Tristezas, que se estrenaba por primera vez. Igualmente se produce en estos años la incorporación a las hermandades de San Roque, La Cena y Trinidad. Igualmente, de forma más esporádica, sacó las hermandades de San Esteban, San Benito, Dulce Nombre, Buen Fin, Exaltación, Quinta Angustia, El Valle o Gitanos y terminó su extensa etapa en el Gran Poder.
La tercera generación de capataces comienza con Rafael Franco del Valle, nacido el 23 de noviembre de 1940, que debutó como capataz auxiliar en 1956. Se retiró en 1965, teniendo desde entonces esporádicas intervenciones. Sus hermanos Juan Antonio y Carmelo Franco del Valle, nacieron el 18 de junio de 1943, comenzando a trabajar con su padre en la Semana Santa de 1959, llevando el paso de la Virgen de Regla. Otro de los auxiliares de Rafael Franco fue Rafael Salvatella.
En 1960 Rafael Franco vuelve a sacar La Macarena, tras la etapa de Alfonso Borrero, igualmente se incorpora al Cachorro y deja la Carretería. En 1964, con las dos cuadrillas integradas en La Macarena, tuvieron la ocasión de ser partícipes en la Coronación Canónica de la Titular.
En los años 60, la Hermandad de Madre de Dios del Rosario tenía como hermano mayor a Rafael Franco y a su hermano Manolo Franco como secretario, alcanzando esta Hermandad gran esplendor en esta década. 1965 marco la incorporación de Rafael Franco como capataz de Pasión y El Silencio y la no continuación en La Macarena. El Domingo de Ramos de este año saca tres hermandades, al requerirlo en última instancia la Hiniesta y el Viernes santo otras tres, al pasar la Trinidad a este día a causa del Santo Entierro Magno.
El fallecimiento de Julián Sánchez Grau y la avanzada edad de Antonio Parugue, además del distanciamiento de Rafael Franco del Valle, hace que tome impulso la carrera de Juan Antonio y Carmelo del Valle, que se hacen con puestos fijos en San Roque, Expiración del Museo, Candelaria, Virgen de la Cabeza, de la Merced, de la Concepción y del Patrocinio, en el caso de Juan Antonio y Gracia y Esperanza, Aguas del Museo, Salud de San Nicolás, Siete Palabras, Señor de Pasión, Nazareno del Silencio y Cachorro, en el caso de Carmelo.
Aparte de eso, tuvieron casos independientes como Santa Marta o Cristo de Burgos y colaboraciones conjuntas en Esperanza Trinidad, Santa Cruz o Esperanza de Triana. En 1975, coincidiendo con la transición a las cuadrillas de hermanos costaleros, supuso la continuidad de Rafael Franco Rojas en solitario, junto a su hermano Manolo, debido a diversos motivos laborales que apartaron a sus hijos del martillo. Rafael murió el 24 de marzo de 1985, eso sí: como capataz en activo. El 31 de enero de 2011, llallecía el capataz y escritor Carmelo Franco del Valle a consecuencia de una larga enfermedad.