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miércoles, 2 de julio de 2014

La procesión de los gestos sencillos: Donantes de alimentos


La Hermandad de la Soledad de Alcalá del Río recoge 4.000 kilos de alimentos desde el pasado año, gracias a un programa que se estructura a través de una red de donantes y voluntarios.

La hermandad de La Soledad de Alcalá del Río puso en marcha el pasado año el proyecto ‘Donantes de Alimentos’, una iniciativa solidaria que parte con el objetivo de recaudar ayuda alimentaria de forma estructurada y continua, a través de una red de donantes y voluntarios que hacen posible que esta hermandad alcalareña cumpla con una importante labor social en su localidad. 

Desde el mes de octubre de 2013, la cofradía ha entregado 3.800 kilos de comida de primera necesidad a Cáritas del municipio, una residencia de la capital y a casos de emergencia llegados directamente a sus puertas. La idea surgió después de que la Juventud Cofrade realizara unas pulseras solidarias para recaudar dinero para un comedor social. Al llegar a la institución «se conoció la cruda realidad», explica Francisco José Domínguez, uno de sus miembros. Desde entonces, no fallan mes a mes. Tras darle varias vueltas a la forma de seguir ayudando, este grupo de jóvenes decidió crear una especie de grupo de socios, con carnet incluido, al que voluntariamente se apuntaran los hermanos. Actualmente, el número de donantes supera las 350 personas, que «puntualmente preparan sus bolsas para que sean recogidas». «Para facilitar aún más las cosas a los donantes», apunta Domínguez, «se creó un equipo que sale del 1 al 5 de cada mes a recoger, casa por casa, los alimentos». Así, poco a poco, los donantes se han ido haciendo de una «rutina que ha desembocado en una conciencia solidaria», en palabras del joven voluntario.

Aunque en una ocasión se llevaron los alimentos a las Hijas de la Caridad de la residencia La Milagrosa de Sevilla, la situación de Cáritas de Alcalá del Río abarca toda su labor, ya que, como señalan ellos mismos, «no dan abasto». Tratándose, además, de familias «que llevaban una vida normal, pero que ahora tiene a todos sus miembros en paro», los hermanos colaboran con mayor ahínco. El compromiso del donante es facilitar, al menos, un kilo de comida al mes, teniendo que variar entre cuatro grupos de alimentos básicos distintos. El equipo de recogida está compuesto por 25 personas, entre juventud y grupo de caridad de la hermandad.

La recolecta de la próxima semana, primera de julio, será la última antes de las vacaciones, con la que esperan superar las cuatro toneladas y se abrirá un nuevo curso escolar con la esperanza de que cada vez sea menos necesario este recurso. Algunas personas han acudido directamente a la hermandad a solicitar alimentos, «algo que denota la gravedad de la situación y ésta es nuestra forma de ayudar». Un ejemplo de solidaridad ante la crisis, vertebrada a través de una institución religiosa que apuesta por desarrollar fines que actualmente se han vuelto necesarios para la sociedad. Responsabilidad con nuestros semejantes, que ante la situación dada pasan un momento familiar delicado.





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