El día 25 de agosto de 1914 Joaquín Turina terminó de escribir la ópera «Margot». Con ella, sin quererlo estaba escribiendo la inspiración de una de las marchas de Semana Santa que más se iban a interpretar un siglo después. Margot es una historia de amor. Nada tiene que ver con la Semana Santa de Sevilla, pero es en la noche del Jueves Santo en la que se desarrolla uno de sus principales capítulos. José Manuel Bernal, director de la Oliva de Salteras, en 2004 y Antonio Domínguez, músico de Tejera después adaptan este pasaje de la ópera a marcha procesional, convirtiéndose desde entonces en una de las piezas más interpretadas tras los pasos de palio en Sevilla.
Joaquín Turina, a pesar de ser uno de los mejores prodigios musicales nacidos en Sevilla sólo tiene una marcha compuesta para la Semana Santa. Es la marcha fúnebre a Jesús de la Pasión, compuesta en 1899. Sin embargo, dos obras suyas han sido adaptadas, es el caso de Margot, que ahora cumple 100 años y de la Procesión del Rocío, obra en la que se inspira Vidriet para componer el sólo de la conocidísima marcha Rocío.
La ópera Margot se acaba de componer el 25 de agosto de 1914. Se fecha en Sanlúcar de Barrameda. Pocos meses después, en el mes de octubre se estrena en el Teatro de la Zarzuela de Madrid. Se trata de un drama lírico dividido en tres actos. Es una historia de amor entre Sevilla y París.
Esta obra es el resultado de la fusión entre dos grandes maestros: Joaquín Turina –quien le puso música y la instrumentó– y del dramaturgo Gregorio Martínez Sierra que, junto con su hermana María, le puso letra y argumento a esta obra de arte.
Su eje central es un triángulo amoroso. José Manuel, protagonista, viaja a París con unos amigos, todos ellos sevillanos. Allí conoce a Margot, una cabaretera de París. Ésta se enamora perdidamente de él. Cuando José Manuel vuelve a Sevilla le jura amor eterno a su novia de toda la vida, Amparo, dejando atrás la historia vivida en París con Margot. Pero ésta no se olvida de él, y aprovecha la Semana Santa para visitar Sevilla y buscar a José Manuel. Es entonces cuando empieza el cuadro del que saldrá la marcha procesional.
José Manuel y su novia Amparo se encuentran viendo una procesión en la noche del Jueves Santo. Es entonces cuando se produce el encuentro. Margot ve a José Manuel y manda a un niño con un mensaje. El hombre asustado e incómodo por la inesperada visita se acerca a hablar con ella mientras que Amparo, en ese momento canta una saeta al paso que entonces por delante de ellos. Sin embargo José Manuel le dice a la francesa que ella es su verdadero amor. Asustado por la situación, huye del lugar mientras llega al lugar el paso de palio. Es ésta la escena que Turina ideó, escribió y la que 90 años después los músicos sevillanos adaptaron para que sonara detrás de un paso de palio.
La historia de amor termina de manera difusa. José Manuel pasa un tiempo viéndose con Margot a la vez que continúa con Amparo. Ésta se entera durante la Feria de Abril que su novio le ha estado siendo infiel con Margot. El hombre, que se siente en una encrucijada decide quedarse con el amor de toda su vida, con Amparo. Finalmente la obra acaba con un triste canto de despedida de Margot.
Las crónicas del día después del estreno de “Margot” en el Teatro de la Zarzuela de Madrid coincidían en dos puntos: la excelencia de la partitura musical y la “aplastadora vulgaridad” del argumento de Martínez Sierra. Tanta es la contundencia con la que se critica en las crónicas de Madrid y Sevilla al argumento, que lo califican como “lamentable”, “falto de originalidad” o “malo”. De hecho, se afirma que el público mostró su desencanto por el libreto.
A la par de estos calificativos, ambas críticas coinciden en cómo Turina, “luchando con los inconvenientes del libro”, se sobrepone realizando una partitura “tan soberbia, que el espectador se pone en pie y se emociona”. Ismael S. Sierra, que firma la crítica aparecida en ABC de Madrid el día después del estreno, dice que “es el momento musical más grande encontrado por los compositores españoles en estos últimos tiempos”. En Sevilla, por su parte, se indica que el cuadro de la noche del Jueves al Viernes Santo “basta para la glorificación de Joaquín Turina”.
A pesar de que la ópera está escrita por un sevillano y ésta tiene parte de su escenario en la ciudad, Margot sólo se ha representado hasta el momento en una ocasión. Fue en mayo de 1915, en el teatro Cervantes. Desde entonces, sólo durante la Semana Santa han podido escucharse en las calles de la ciudad los compases que describen aquella historia de amor que Turina soñó en Sevilla.
Escrito por Carlos Salas para Pasión en Sevilla
Escrito por Carlos Salas para Pasión en Sevilla