Todo estaba preparado a las puertas del Zumbacón, pero no pudo ser. Por segundo año consecutivo la lluvia ha hecho imposible que Santa María de la Merced recorriese las calles de su barrio en Rosario de la Aurora, inundando los corazones de todos los que quisieran buscar su mirada bajo el sol del otoño recién estrenado.
A pesar de las inclemencias meteorológicas. gran parte de la feligresía acudió fiel a la cita con su Bendita Madre, y rezó el Santo Rosario en el interior de San Antonio de Padua. En el hogar mercedario ha estado nuestro compañero Antonio Poyato para ser testigo del recogimiento del culto íntimo vivido a las primeras horas del día.
Guillermo Rodríguez