Después de estar sin cura cuando más falta le hacía, a Los Gitanos llega uno de los sacerdotes con mayor notoriedad de los últimos tiempos. El carmelita va a ser el director espiritual de una hermandad que por fin va a tener alguien que pastoree y vele para que la tranquilidad de la que ahora goza la cofradía sea lo más duradera posible.
Pero si en Los Gitanos estuvieran listos, utilizarían a Dobado para algo más. Este Doctor en Historia del Arte, comisario de exposiciones, y amante de las disciplinas artísticas, podría ser una persona clave para que templo pierda su estilo remordimiento y se convierta en algo más hermoso ahora que va a adquirir otra dimensión con la nueva casa de hermandad. Dobado es el hombre. Otra cosa es que lo sepan aprovechar.
Recordatorio La Firma Invitada: El retorno del fraile