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martes, 9 de septiembre de 2014

La Chicotá de Nandel: El momento adecuado


Ayer día 8 de Septiembre, lucía como siempre y a la vez como nunca la Patrona de Córdoba, la Virgen de mi barrio, Ntra. Sra. de la Fuensanta Coronada.

Como cada año que no me ha sido imposible por encontrarme fuera, y tras verla procesionar el pasado domingo, que también hacía años que no disfrutaba con ver su procesión bajo el cielo de su ciudad, disfruté muchísimo encontrando a grandes amigos, encontrando a conocidos, y disfrutando de la música de la Banda de Música de Rota, una Banda de Música en mayúsculas, sí señor.

Me comentó una persona a la cual. hacía tiempo no veía, que hay temas escabrosos de los que hemos hablado en este Blog. Pues sí, para que nos vamos a engañar. Hemos puesto con nombre y apellidos lo que susurran otros en bares, trabajos, callejuelas, lugares donde siempre acaba la charla con la misma frase por parte del emisor: “No vayas a decir que yo te lo he contado”.

Hablamos mucho, y me dijo textualmente, (si me está leyendo sabe que así fue): “Lo que no entiendo Fernando es cómo podéis escribir semanalmente opiniones de todo, en meses que ha habido feria, o la Semana Santa ha quedado tan lejos y no ha empezado digamos el curso cofrade”.Y me ha hecho reflexionar.

No recuerdo cuándo comencé a escribir para Gente de Paz, pero... Puede que falten días para hacer un año. Martes a martes contando mis pensamientos, preocupaciones, noticias, sucesos, “crímenes” y también, hablando de cosas abortadas e incluso, algún que otro aborto del mundo cofrade.

Lo que saqué en conclusión fue: Todo lo que me había hecho reflexionar, y en todo lo que me había hecho pensar esta persona. Como si tuviera que encontrármela hoy para esto, en “EL MOMENTO ADECUADO”.

El momento adecuado es lo que todos hemos querido buscar siempre, en nuestra vida familiar, por ejemplo. La de veces hemos oído a una pareja decir: “Ahora me ha salido trabajo fuera y mi mujer embarazada, tanto tiempo buscando trabajo y ahora, no es el tiempo adecuado para irme fuera, ella no puede venir en su estado”.

Lo hemos escuchado en algún ascenso laboral que no ha llegado “en el momento adecuado”. También, y en este caso afirmativamente, podríamos decir, que el gol de Ulises Dávila a las Palmas, no es que fuera el mejor momento, porque no lo era, más de uno ya estaba derrotado y el corazón partido. Pero, ¿quién me dice a mí, o le discute a Dávila o al Córdoba C.F. otro momento mejor que ese? Ese “momento adecuado” que nos tiene en primera a día de hoy, esperemos por muchos años.

¿Cuántas veces hemos escuchado esta frase hablando de Cofradías? Piénsenlo, y si no lo hemos oído o no nos acordamos, les invito a hacer como yo un repaso por su memoria, por la actualidad, verán cuántas veces podemos usarla.

En mi niñez recuerdo a mis padres contándome cosas de mi Hermandad de la Paz o de otras, diciéndome: “Y este señor entró de Hermano Mayor en su momento, en EL MOMENTO ADECUADO. Lo necesitaba la Hermandad y la sacó adelante”.

Ese MOMENTO ADECUADO cuando mis padres decidieron bautizarme, hacerme cristiano y públicamente hijo de Dios.

EL MOMENTO ADECUADO de ver al Capataz Javier Romero junto a su Cristo de las Penas en un Domingo que me impactó tanto, en aquella Plaza de la Corredera, cuando me volví hacia mi padre y le dije: “Quiero ser de las Penas”. Mi padre contestó: “Cuando quieras te hago hermano”. Ese recuerdo, no se si es de los que más me han marcado en mi vida, pero estábamos allí, en EL MOMENTO ADECUADO.

MOMENTOS ADECUADOS, he tenido muchos: Conocer a grandes capataces y haber tenido la suerte de poder salir con los dos más grandes que había en mi época (que aún continúa para pena de muchos) ser hermano y pertenecer a las hermandades de los Titulares a los que amo, los amigos que me ha dado la Semana Santa tan buenos, y sobre todo, el aprendizaje que el ser cofrade, por hechos y actos que ocurren, te curten para tu vida futura. Quizá, lo que más me ha servido en la vida cofrade, haya sido a saber buscar EL MOMENTO ADECUADO, cosa que otros no han aprendido.

Vemos a Cofradías (no hermandades, como siempre digo), que no han encontrado aún EL MOMENTO ADECUADO de implicarse en la labor de Caridad, que todas ponen encabezando sus reglas como una de sus principales labores. Y lo que no se dan cuenta es que para empezar, siempre es buen momento, un buen MOMENTO ADECUADO.

Hermanos Mayores que entran en una Hermandad, y no es que sea su MOMENTO ADECUADO, es que para la Hermandad es su MOMENTO DESAFORTUNADO, o MOMENTO CATASTRÓFICO. Algunos consiguen que ese momento se vuelva incluso una “ERA CATASTRÓFICA”

Bandas, ya unas cuantas en la ciudad, gracias a Dios. Parece que el momento musical y sobre todo el “momento músicos” va en una ascendencia que contrasta con el “momento nazarenos”, que está claramente en decadencia. Músicos y Bandas, Bandas y músicos... Creo que es el MOMENTO ADECUADO para que el respeto por los mismos desde hermandades e instituciones llegue. Es más, ya van tarde. Pero también es EL MOMENTO ADECUADO, o mejor dicho ya fue, porque también va tarde, en que algún director de paso a otras cabezas pensantes y dirigentes que cambien el “chip”.

Personas que fallecen y que nunca es EL MOMENTO ADECUADO. ¿Cuántas se nos vienen a la memoria? A mí la pérdida de Diego Luque o Rafael Muñoz aún me sigue doliendo como si fuera ayer, y hace unos días, el que era Consiliario de la Hermandad de la Paz y Esperanza, cuando volvía a su Granada para descansar, aquel Padre Franciscano que fue tantos años el Superior del Convento de Capuchinos... El Padre Antonio, también nos dejaba. Que el Señor, San Francisco de Asís y la Virgen de la Paz, lo tengan en ese cielo que hay para las buenas personas.

Hemos visto Pasos que no se hicieron con cabeza, piezas de orfebrería, elementos de guiones vergonzosos... Si no puedes y tu economía no da para eso, no es EL MOMENTO ADECUADO de realizarlo. El patrimonio que algunas hermandades nos presentan es para decirles: “Oiga, es EL MOMENTO ADECUADO para que alguien les enseñe algo de estilo, o riqueza en gusto, o simplemente, hasta saber estar”. Vemos algunas cositas, que no descuadrarían en el Carnaval de Cádiz, Canarias, o Brasil.

Volver a tu casa un Lunes Santo entrada ya la Madrugada del Martes y encontrar a un nazareno de la Universitaria volviendo a su morada tras su estación de penitencia y cruzarte con el por un callejón oscuro... Tampoco es que digamos EL MOMENTO MÁS ADECUADO... Puedes estar corriendo tres días pensando que te persigue con la espada ya desenvainada.

A todo esto, hay hermandades que no, lo siento pero no, no han sacado a sus Titulares ni como, ni en EL MOMENTO ADECUADO. Por muchos factores, unos se apoyan en unos, otros en otros. Pero englobándolos, son bastantes, no unos pocos.

Barriadas como Fuensanta, Cañero y algunas más, buscan que este sea el MOMENTO ADECUADO para sacar adelante aquello que algunos en nuestros barrios tanto hemos añorado. Poder tener una Hermandad.

Capataces, por que dimiten, porque son cambiados como fichas de dómino (con acento en la primera o, como dice Guillermo Rodríguez), hacen que suframos MOMENTOS INADECUADOS cuando los vemos marchar, o echamos la vista atrás y nos acordamos del trabajo realizado. O cuando vemos el repuesto que han traído, o... El por qué lo cambiaron.

Son muchos como os digo, muchísimos los MOMENTOS ADECUADOS y para terminar terminaría con dos.

Como os he dicho antes, basta con estar en el sitio, EL MOMENTO ADECUADO. Todo el que como yo, desde Catedral hasta la Iglesia de mi barrio, de la Patrona, Fuensanta Coronada, pudo ver como mandaba Rafael Muñoz a su cuadrilla en algún lugar de su recorrido... Ella que iba portada con mimo por ángeles de Paz, Carmen, Caído y algún querubín más elegido, ¡Y qué grupo de elegidos! Vivió y saboreó, no un momento, si no un SUEÑO MUY MUY MUY ADECUADO. Y si me apuran, mirando a la cara a Nuestra Madre, un MOMENTO INOLVIDABLE Y ACERTADO PARA EL CORAZÓN.

La segunda cosa es más triste. Un señor de Cordopolis al que no pienso nombrar (porque no tiene ninguna importancia para mí), escribe en un artículo sobre la Velá de la Fuensanta, quejoso, porque tenía que tener haber sido el Caimán el que apareciera en el cartel anunciador en vez de la Virgen de mi barrio por la cual se realiza esta fiesta. Espero que fuera ayer a trabajar, ya que la festividad era por Ella, por ser la Patrona, FIESTA RELIGIOSA.

Qué contentos como le dije por Twitter, estarán los amos que a usted le mandan. Los paga limosnas roba peras que prefieren a un Caimán en una portada anunciando unas fiestas. Los cuatro tontos imbéciles de las asociaciones de vecinos de mi barrio, y otros tantos, perdón, tontos, que los apoyan.

Los cofrades ya hemos de poner pie en pared. Los Cristianos, hemos de decir ¡Basta ya...! Con la fuerza que otros gritaban ¡GUERRA NO! Y ahora callan qué es lo que ha pasado con, por ejemplo, un señor de CCOO que viviendo en frente justo de la Iglesia de la Patrona, pasó a engrosar la lista de amigos íntimos de la Jueza Alaya, haciendo el paseillo de los ladrones en los Juzgados de Sevilla.

Al pobre Caimán Cocodrilus (ese que de chico te enseñaban tus padres y tu mirabas con asombro, y ahora es una porquería colgada o descolgada en una pared) compradle, o prestadle para el invierno el pañuelo palestinito, o hacedle una rebequita mientras que estáis cobrando el reparto de ese dinero que era para formar a parados. Los parados sois vosotros, pero de mente, que siempre seréis parados y rápidos con las manos cuando haya que robar. Con hechos o actitudes como estas desprestigian a la Iglesia, a la religión, justifican en diarios, en charlas, en reuniones de vagos, un sueldo que cobran por la inoperancia de los que estamos quietos, callados.

Usted, señor de Cordopolis, que no ha robado nada como otros, hágame caso, no caiga en la malicia de ofender a los que somos religiosos, los que sentimos el día de ayer, o la Velá de la Fuensanta como festivos por Ella, por Nuestra Virgen, por Nuestra Madre. Y eschucheme, de verdad, unas botitas, unas orejeras para ese Caimán o como le llamen allá en su pueblo, ya que usted, sin ser siquiera de la ciudad, de mi barrio, viene a decirme a mí que un Caimán es lo que tiene que anunciar las fiestas de mi Virgen, la de mi barrio, Coronada por el cariño y fervor, y PATRONA DE LA CIUDAD a la que usted insultó con sus letras.

Hasta el martes que viene, adios, señor de Cordopolis. Como cantaba Parchís: ¡Hasta luego, Cocodrilo!

Fernando Blancas Muñoz









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