Blas Jesús Muñoz. No se asusten, pero tampoco se emocionen los fans. Fran Rivera no irá a su casa esta noche como aquel del anuncio del turrón. Lo que sí puede suceder es que esta sea la última Nochebuena para él, antes de ser elegido hermano mayor de la Esperanza de Triana. Hecho que no le será ajeno, si le llega, teniendo en cuenta que su abuelo, Antonio Ordóñez, ya fue en su día el máximo responsable de la corporación trianera.
Francisco tiene por delante una tarea compleja. Primero porque tendrá que ganarse la confianza de los hermanos en los próximos meses. Y después, si sale, tendrá otra tarea aun de mayor calado como lo es la de gobernar. Aunque intención, ambición, tradición y ganas no le van a faltar.
¿Se imaginan a Finito presentándose a hermano mayor? No va con segundas, o sí. Sería difícil de imaginar, en principio, teniendo en cuenta la escasa tradición en este sentido de la ciudad. Sin embargo, vistas las apuestas que se hacen en Córdoba es como entrar en un casino online, lo mismo hasta suena la flauta y te toca.
Entre tanto, a Rivera Ordóñez le aguarda una Navidad ilusionante, pensando en su proyecto cofrade y tomando el testigo de su abuelo o de otros reconocidos taurinos que, en su medida, también participaron en su día de esta bendita locura de las cofradías como Belmonte, Gallito, Pepe Luis, Manzanares...
Mientras en Córdoba esperaremos, no que un torero nos cambie el paso como maní caído del cielo. Lo que deberíamos aguardar es el día en que todos los estamentos de la sociedad se integraran en las cofradías y, viceversa. Integrar no significa necesariamente participar, sino respetar cuando no se es partícipe de algo. Para eso nos queda bastante, si es que llega. Entre tanto, es mi deseo de Nochebuena.
Feliz Navidad, querido lector. Gracias por soportarme.
