Guillermo Rodríguez. Cada año, con motivo de la Festividad de la Expectación, Triana y el mundo entero se inundan de la Pureza de la Madre de Dios, de la Reina que espera la llegada de Aquél que sembrará la Paz en los corazones de los hombres, del Maestro que aprenderá de la más dulce de las mujeres a caminar cada día y a levantarse cada vez que la vida pretenda arrodillarle para transmitirlo después a toda la Tierra.
El día ha llegado. Él está entre nosotros, en los brazos de María Santísima de la Esperanza, acunado por toda la humanidad que espera anhelante que la luz del Salvador se reparta por los cinco continentes desde ese pequeño rincón de Cielo a orillas del Guadalquivir.
Nuestro colaborador José Manuel Sánchez estuvo frente a la Trianera para realizar este magnífico reportaje como regalo de Navidad para todos nuestros lectores.