Blas Jesús Muñoz. Hemos hablado de los cambios de criterio en cofradías en diversos ámbitos con cierta frecuencia, durante los últimos tiempos. También, de la consentida y reiterada complacencia de determinados medios ante la situación actual, su mirar para otro lado y, tal vez, nos falte por abordar en profundidad el uso de información "privilegiada" por parte de alguno de los mismos, con las connotaciones éticas que ello supone.
Los cambios son legítimos, a groso modo, igual que es lícito discrepar de ellos si no son del agrado de uno. Y, en este Enfoque, el término "cambio" tiene su aquél, su éste y su otro. Pues a tenor de lo que se desprende del vídeo que acompaña este artículo, da la sensación de que realizar "cambios" sería el paso decisivo y la evolución "lógica" que pide la música con la que ensaya la cuadrilla del Calvario.
En el vídeo que se reproduce suena aquella bulería que en San Román es natural, pero que en San Lorenzo puede que chirríe un poco, quizá, como algo forzado, extraño, poco inherente al estilo atesorado durante tanto tiempo. Esta es una opinión claro, habrá quien lo veo maravilloso. En las imágenes podemos ver la mesa de ensayo con vigas y sin nada que identifique la cuadrilla de que se trata. El profano en materia del mundo de abajo podría, probablemente, identificar la música a otra cofradía.
Sin embargo, se trata de la cuadrilla del Calvario, andando con una marcha menos "clásica", con voces de ánimo y arenga a cada instante, con un hueco en la corriente de la delantera que aventura más, con unas implicaciones técnicas debatibles, en sentido positivo o no, que ambas posturas son igualmente legítimas... La bulería ha llegado a San Lorenzo, quién sabe si por un indisimulado amor a Triana, por influencia de Los Gitanos de Sevilla, o por otra, más personal, más cercana en el tiempo y espacio. O tal vez sólo se trate de un experimento que jamás se traducirá en nada. El tiempo lo dirá.