Blas Jesús Muñoz. Numerosas y poco edificantes han sido las estampas que, a lo largo de estos días, hemos venido mostrándoles en Gente de Paz. Las han podido ver, detenerse y juzgar, por sí mismos, la situación que, en la actualidad, vive la Semana Santa.
La aparición desde hace unos años de las redes sociales, sin lugar a dudas, ha influido en que podamos tener un acceso más directo a imágenes que no vienen sino a dar muestra del momento de vulgarización que se está produciendo en el ámbito cofrade, donde parecen tener cabida todo tipo de actitudes.
Así las cosas, el nivel de las instantáneas que van apareciendo supera las cotas que, minutos antes, se antojaban definitivas. Nazarenos sentados y descubiertos en plena calle, departiendo en un bar con toda la naturalidad del mismo o bebiendo un botellín de cerveza en mitad del cortejo...
... La cuenta exacta de un tiempo que ya no se mide en espacios ideales o ensoñados, sino en los megas o gigas de conexión para ser el primero que se autorretrate o se deje fotografiar, o ni siquiera lo sepa, en unas poses que insinúan cualquier cosa, menos religiosidad.
Recordatorio Enfoque: Rumores sobre cambios en los martillos
