Blas Jesús Muñoz. La Semana Santa nos dejó algunos incidentes, pero también sucesos morbosos o macabros como el que sufrió el Cristo de la Expiración de Triana, a su paso por la calle Castilla.
Al paso del popular Cachorro por dicho enclave, se acercó una mujer acompañada de un joven. La señora portaba una urna con las cenizas de su marido y, ante la sorpresa y el estupor de los allí presentes, esparció un puñado de las mismas.
Las mencionadas cenizas se repartieron por el costero derecho del paso en la parte que se acerca a la delantera, impregnando tanto la canastilla como el capirote del manigueta. El fiscal apremió a Ismael Vargas a que apresurara el caminar hacia el Altozano.
Sin embargo, Ismael Vargas es persona aprensiva con estos asuntos y decidió que fuera su segundo quien mandara hasta que no quedara todo limpio de ceniza.
Recordatorio Enfoque: La estupidez de algún nazareno