Blas Jesús Muñoz. No los hay y, de haberlos, no sería inconveniente hacérselo mirar y realizar una comparativa con el número de nazarenos que malviven dentro de nuestros famélicos procesionales. Los mismos que nos apenan mientras vemos las bandas crecer, a nivel cuantitativo.
No se trata de hacer un alegato, cual fiscal de audiencia provincial de turno de oficio, como tampoco se trata de culpar al que tiene un gusto. Sin embargo, no deja de ser curioso que de una banda "normalita" surjan dos. Y así, envueltos en la más perversa de las aritmética, nos veamos abocados, llegado el momento, a que haya tantas bandas en Córdoba como hermandades.
Les parecerá una locura. Pero si miran de diez años aquí no es tanto el delirio. Y más aun después de ver el caso de la banda del Rescatado, la cual ha llevado la diferencia a extremos de dimisión y partición de formaciones musicales. Si a una le costaba dar el salto, qué sucederá ahora que son dos.
Y dicen que no hay dos sin tres. No descarten, aunque vista la acogida del inicio de curso de lo que queda de la banda tampoco da para ser optimista. Quince miembros presentes dan para que la cofradía se lo pensase y atajase esta deriva. No hay tanto músico y, si lo hubiera, cada vez parece más sensato hacer un ERE cofrade y reconvertir el pentagrama en ruán.
Recordatorio Enfoque: Rafael Cuevas
