Blas Jesús Muñoz. Hay imágenes que impactan por su significado, subjetivo o perteneciente a la conciencia colectiva. Instantáneas que nos marcan porque nos recuerdan un instante especialmente vivido, o porque simbolizan algo que es intrínseco a nosotros mismos, o porque nos llevan a un espacio común con quienes caminamos en nuestras vidas.
De hecho, en alguna ocasión sublime, todos estos elementos se aúnan en un solo trazo icónico que se convierte en aspecto determinante con solo echar una primera ojeada. Puede ser un poema, una novela, una melodía o un lienzo. Puede ser cualquier representación que, por haber sido, hasta ese preciso momento nunca antes fue para uno mismo.
Navegaba por las redes sociales, incauto, cuando me sorprendió la pintura que observan. Se trata de una obra del malagueño Raúl Berzosa. Uno, que no es nuevo en estas lides, ya contempló bastantes pinturas marcadas por el hiperrealismo y, sin embargo, la Esperanza casi saliéndose del lienzo, atrapando la escena, abarcando todo por sí misma... demuestra una vez más que no es un cuadro, ni un poema, ni una canción... se trata de Ella, saliendo de la misma alma del propio pintor.
Recordatorio Sendero de Sueños: Querido amor...
