Blas Jesús Muñoz. Comparten advocación la Reina de las Marismas y la Titular Mariana de la Hermandad del Perdón de Córdoba. Y, en la calle Ajolí, la bella efigie -fotografiada por José Luis Ruiz Garrido- de la Dolorosa que gubiara Romero Zafra despierta el asombro y el amor de los peregrinos que van a rendirse a los pies de la Blanca Paloma.
Son días en los que la emoción alcanza lo más profundo del ser, el rincón más sublime del alma que se rinde ante la Madre de Dios, pues no existe mayor título ni Don ni gracia que ese. Y, ante la Patrona de Almonte, las suplicas, el agradecimiento y el amor filial se depositan como una plegaria antigua, no aprendida.
Este viernes los cofrades de la Hermandad del Perdón recibirán a los peregrinos de la Hermandad del Rocío de Córdoba. La Reina de las Marismas une a sus romeros en una fraternidad que, al llegar Pentecostés, se unen en torno a la Blanca Paloma.
Recordatorio Sendero de Sueños: El camino se acaba...