Blas Jesús Muñoz. Hubo un tiempo en que algunas hermandades de Córdoba eran el germen de lo que podían llegar a suponer o, sencillamente, con el paso de los años desgastarse lentamente. El primero de los casos ha sido, felizmente, el de la cofradía de la Agonía que, durante estos últimos años, ha venido dando cuenta de un trabajo decidido y que le ha servido para consolidarse tanto en su barrio como en la Semana Santa de la capital.
Una labor, cuya muestra más palpable en estos últimos tiempos, la da la banda de cornetas y tambores que sigue en pleno proceso de crecimiento cualitativo. Toda vez que su barrio se ha convertido en un bastión incuestionable de fe y arropo hacia su Hermandad y sus Titulares.
De esta manera, la salida del paso del Corpus Christi el próximo 14 de junio no hace sino seguir corroborando que la corporación del Martes Santo cuenta con una vitalidad intensa e inserta en su barrio. Arropados por sus vecinos, los cofrades de la Agonía desarrollan una labor evangelizadora que es el cimiento de cualquier asociación que mana del seno de la Iglesia.
El primer ensayo de la cuadrilla que habrá de pasear por su Barrio del Naranjo a Su Divina Magestad, atestigua lo expuesto. Costaleros que componen un equipo humano, caracterizado por aunar "sangre nueva y compensada con el oficio de la cuadrilla del Señor". Costaleros que son el reflejo de su Hermandad, Hermandad que mira al Corpus desde el Barrio Naranjo.