Blas Jesús Muñoz. La vida y la trayectoria de Salvador Dorado Vázquez, "El Penitente", marcaron para siempre la forma de entender el mundo del costal en la Sevilla del siglo XX. Toda vez que fue maestro y mentor de afamados capataces como el inovidable Manolo Santiago.
El penitente dejó tras de sí un legado que, desde determinados sectores, no solo no quieren que se pierda, sino que se postulan para rendirle el tributo que merece. Es por ello que, a través de la plataforma www.change.org, se están recogiendo firmas para que el Ayuntamiento de Sevilla lo reconozca dando su nombre a una calle.
En dicha plataforma se ha dado a conocer la fascinante biografía de este capataz que fue modelo e innovación en el mundo de las trabajaderas:
"Fue un innovador, inventó la Levantá a la Música, bajo su mando se empleó por primera vez la frase que hoy en día es sinónimo de levantá, “¡Al Cielo con Ella!” (El Balilla, 1952), también bajo su mando se realizó por primera vez el paso de Costero a Costero en el paso del Cristo de la Sentencia, y que hoy en día es un sello de identidad de esa cuadrilla. Fue el primero en sacar el Baratillo a Pulso retando la lógica, que decía que no se podía, también fue de los primeros en emplear los Contratos con las Hermandades, donde se incluía el importe a cobrar por cada uno de los puestos, incluso, dependiendo de la Hermandad, se incluían condiciones de tránsito, como “está totalmente prohibido mecer los pasos”. La mayor parte de los costaleros querían trabajar con él, porque era quien mejor los trataba y el que mejor pagaba, llegando incluso a cambiar de cofradía por “una peseta más para sus hombres”. El “aquí está todo inventado” no formaba parte de su vocabulario, gracias a Dios".
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