Hace pocos días, exclusiva –una más- de Gente de Paz, se supo de la
existencia de una nueva banda de cornetas y tambores en Córdoba, que
precisamente tendrá el nombre de “Ciudad de Córdoba”. Como habrán leído en el
artículo de mi compañero Fernando Blancas,
esta banda proviene del pifostio que
se formó en el seno de la Hermandad del Rescatado. Muchos componentes, incluida
la junta directiva de la formación musical, dejaron ese proyecto para comenzar
una nueva andadura en solitario, sin depender de ninguna entidad más. Obviando
el pasado y las polémicas, me gustaría analizar este nuevo proyecto, que, a mi
parecer, pinta muy bien. Como siempre digo, ni soy ni pretendo ser un experto
en música cofrade, sólo escribo desde mi humilde e ignorante punto de vista de
esta situación en concreto. Qué osado este Barea, que se atreve a escribir
sobre bandas sin haberles escuchado una sola nota en la calle. No es tanto una cuestión
de hacer una apuesta a ciegas, sino que bajo mi punto de vista existen razones
de peso para que la Banda de Cornetas y Tambores Ciudad de Córdoba sea un
proyecto sólido y con buen futuro. Además, este artículo se refiere constantemente
a la mencionada formación musical, pero ha de ser entendido como la parte por
el todo, como un regreso al pentagrama cofrade pasado.
Tengo la suerte de conocer a Israel Guijarro Navas, anterior director de
la Banda del Rescatado, quien asimismo capitanea este nuevo proyecto. Incluso
he tenido la oportunidad de charlar con el sobre la música cofrade y las
Hermandades. De esas conversaciones extraigo su gran mentalidad para gestionar
una banda, dejando de lado cualquier lucimiento de los músicos para cederle
todo el protagonismo al titular al que acompañen. Sólo puedo decir que ojalá
todas las bandas de Semana Santa tuvieran esta filosofía, todo funcionaría
mucho mejor sin lugar a dudas. Dada la importancia que tiene actualmente la
música cofrade durante la estación de penitencia de una Hermandad, resulta muy
conveniente que todos los músicos tengan presentes que el protagonismo no es
para ellos, sino para “el de arriba”. Pienso, y ya lo he expresado en más de
una ocasión, que la música cofrade se está convirtiendo en el gran Becerro de
Oro de nuestras Hermandades, llegando a concebirse como un dios más al que
adorar incluso llegando a eclipsar a los Sagrados Titulares. Y estoy convencido
de que si todas las formaciones musicales giraran en torno a este eje de
pensamiento, eso se terminaría trasladando al público y al mundo cofrade en
general. Por tanto, considero que tener a la cabeza del proyecto a una persona
cualificada en el terreno musical, y con la cabeza muy bien amueblada, es un
muy buen síntoma para una formación que está empezando. Los proyectos, al fin y
al cabo –y lo de esta banda es eso, un proyecto- están fuertemente determinados
por las personas que forman parte de los mismos.
En cuanto a la línea musical, marchas de corte clásico: otra garantía de
éxito. No sólo las típicas marchas de Escámez, sino otras muchas de las buenas
de la década de los 90 de la Banda del Sol o la Fuensanta, entre otras. Tampoco
es cuestión de aventurarme en dar títulos de composiciones que irán en el
repertorio de la formación cordobesa, pero particularmente es una línea musical
que me entusiasma. Además, percibo que hay una regresión al pasado en el
terreno de la música cofrade en general, pero especialmente en el de las
cornetas. Esencia, Sol y la Centuria Macarena en Sevilla, Milagros de Sanlúcar
de Barrameda en Cádiz y la Madre y Maestra: los Bomberos en Málaga, son claros
ejemplos de presente de estilo clásico y elegante, a los que se le une la nueva
creación de bandas con la intención de seguir esta línea de repertorio: la
Merced de Huelva, Manuel de Falla de Cádiz, Presentación al Pueblo de Córdoba,
y la banda en torno a la cual gira el presente artículo. Es de esperar, y así
lo deseo, que las Hermandades adecuen el repertorio a sus Titulares; hay demasiado
misterio andando a sones de Ahí Queó o Gitano Tú Eres… de Santa María, todas
las marchas no valen para todos los pasos. Se está volviendo a los orígenes de
la música cofrade de la corneta y el tambor, aquellos que encuentran sus raíces
en la Banda de los Bomberos de Málaga, con marchas eternas como Evocación,
Cristo del Amor o Al Pobre Zaragoza.
Finalmente, es de destacar que el proyecto de la B.C.T. Ciudad de Córdoba
ya consta de unos cimientos sólidos provenientes de la Banda del Rescatado, por
lo que no va a ser empezar de cero como otras de las bandas citadas
anteriormente. Quizá me pueda la amistad y la admiración hacia Israel, pero
sinceramente el proyecto que él encabeza me inspira gran confianza. Ella la
sustento en los tres grandes pilares anteriormente mencionados: el hecho de que
ya existan cimientos de la anterior formación musical, la línea musical a
seguir y, el más importante a mi parecer, la personalidad de la banda encarnada
en la figura de Israel. Cuanto más conozco el terreno de las bandas, más me
hago consciente de que lo que importa es la forma de ser y el respeto que los
músicos, especialmente las Juntas Directivas, tienen hacia las Hermandades que
acompañan. Una banda puede tocar de… fábula –por no decir otra cosa-, ser 120
componentes, pero después racanearte marchas en la calle o pedir precios
insultantes –a mi parecer-. Quedando, a mi juicio, esa calidad musical en un
plano muy terciario. A mí, querido lector, déme bandas humildes, comprometidas
y con formación cristiana y respeto hacia mis titulares, y ya si tocan bien y
tienen un repertorio adecuado, de lujo. Por eso creo, y mucho, en el futuro de
la Banda de Cornetas y Tambores Ciudad de Córdoba. Pero lo que yo diga poco
importa, más aún cuando la formación musical acaba de echar a andar. Que hablen
las cornetas y los tambores puros en la Ciudad de Córdoba… Suerte, de corazón,
la merecéis todos, especialmente Israel. Qué bueno que comiencen a florecer
bandas que regresen al pentagrama cofrade pasado.
José Barea
Recordatorio Verde Esperanza: Derecho a guardar silencio