Blas Jesús Muñoz. La Agrupación Musical de la Redención de Córdoba copó con sus sones, en su momento y durante bastante tiempo, la práctica totalidad de los días de la Semana Santa. Desde entonces hasta ahora, la situación ha dado un vuelco y nuestros sanedritas opinan sobre ello:
Ananías. La historia de esta banda bien podría compararse con la vida de algunas estrellas del Rock. Suben rápidamente como la espuma para después darse contra el suelo de golpe.
La Redención nace en el 1989 en una Córdoba donde solo existía una banda de música y otra de cornetas, fue la primera agrupación cordobesa. Fruto de eso y por qué no decirlo, del excelente nivel adquirido en tan corto periodo de tiempo, bastarían poco mas de cuatro años para prácticamente tocar todos los días en la capital. Dejando tan solo el Lunes como descanso hasta que saliera su hermandad.
Algunas de esas hermandades que, a principios de los 90 apostaron por esta banda , han seguido manteniéndola tras sus titulares más de 15 o 20 años seguidos. ¿Qué ha pasado para que en cuestión de menos de tres años actualmente solo toquen en dos cofradías de la ciudad, teniendo en cuenta que una de ellas es la suya ? ¿Qué ha pasado en ese periodo de tiempo para que además de perder contratos, perdiera a numerosos músicos de entre sus filas?
He seguido muy de cerca a esta banda debido al vinculo de amistad que me une a muchos de sus componentes. También he podido contrastar los diversos motivos que han llevado a las citadas hermandades a no renovar contrato con dicha agrupación. Motivos económicos como así afirmó en alguna ocasión algún hermano mayor. Pero al parecer los motivos que más peso tuvieron en las demás hermandades fueron el acomodamiento que demostraba la banda, racaneando en el número me marchas a interpretar, con la defensa de su director al decir que "prefiere calidad a cantidad". Yo creo que en contratos de algo mas de 4000 € bien podría caer algo más de cantidad, no. Racaneos y picaresca alargando las granaderas para meter la marcha con la calle o el giro prácticamente terminados.....
Amigos de la Redención no basta con ser grandes, con ser los mejores, con sentirse los números uno... Amigos de la Redención, no basta con creerlo hay que demostrarlo. Y eso se demuestra TOCANDO.
Anás. Mi opinión, con respecto a este asunto, es la de cualquier cofrade que tenga la fortuna de conocer de una manera u otra la historia de esta Agrupación. Fue pionera en nuestra tierra en cuanto a su estilo. Una agrupación, que, en los primeros años de existencia fue culminando un trabajo espléndido y a la que el éxito obtenido durante años, no le ha permitido saber hacia dónde se iban moviendo las necesidades de las cofradías. Ha podido creer que, con sólo la calidad musical, podía valer y la verdad, cuando hay competencia, como en cualquier mercado de nuestra sociedad, todo se valora. Indudablemente la calidad musical no se discute, pero sí la cantidad, cosa que desde un inicio se ha labrado en su debe, al igual que los repetidos gestos de "No" colaboración con certámenes benéficos de diferentes hermandades cordobesas en los que siempre había una pega para no tocar, etc.
Son detalles que los han ido bajando de ese pedestal en el que ellos se habían posicionado. Según yo aprecio, su dirección es única y personal, cuando creo que debieran de separar la dirección musical de la gestión comercial. Es un hecho lo que les ha pasado y, la verdad, no sé si han tratado de enmendar el posible problema o, simplemente y lo que es peor, creen que no tienen ningún problema. Debieran pedir las responsabilidades a aquél que sea el responsable de que una tras otra las hermandades de nuestra ciudad les hayan cesado en su actividad y lo que es más alarmante, que no les haya salido otro contrato de hermandades cordobesas en los días que se iban cayendo. Creo que, como todo en la vida, cuando sólo vemos nuestro mundo y pensamos que nuestra vedad es la absoluta, el tiempo nos pone en el sitio que nos corresponde. Desde mi humilde opinión, tienen todo para volver a ser lo que fue, la mejor, pero ellos son los primeros que tendrán que luchar y adaptarse a los tiempos actuales para volver a reconstruir su leyenda.
Caifás. No creo en las confabulaciones generales en contra de una banda, ni tampoco a favor de ellas. Si cualquier banda está perdiendo contratos se deberá, en mi opinión, a una de tres causas. Que se trate de una falta de nivel. Que se pida mucho dinero. Que la moda vaya por otro lado. Si ocurre lo primero sólo se debe analizar el formato de banda, formación, evolución, etc.
La segunda alternativa depende del mercado. Para vender un producto hay que ver cuánto se puede y quiere gastar el mercado, y sobre todo cuanto ofrece la competencia. Aunque nuestro producto valga más, el precio, lo que cuesta, está marcado por el mercado.
La tercera alternativa es más complicada, pues si al cofrade comienza a gustarle otro estilo tenemos poco que hacer. Aunque aquí se plantea una nueva pregunta: cuando conseguíamos contratos, ¿lo hacíamos igualmente por la moda de mi estilo?
Caifás. No creo en las confabulaciones generales en contra de una banda, ni tampoco a favor de ellas. Si cualquier banda está perdiendo contratos se deberá, en mi opinión, a una de tres causas. Que se trate de una falta de nivel. Que se pida mucho dinero. Que la moda vaya por otro lado. Si ocurre lo primero sólo se debe analizar el formato de banda, formación, evolución, etc.
La segunda alternativa depende del mercado. Para vender un producto hay que ver cuánto se puede y quiere gastar el mercado, y sobre todo cuanto ofrece la competencia. Aunque nuestro producto valga más, el precio, lo que cuesta, está marcado por el mercado.
La tercera alternativa es más complicada, pues si al cofrade comienza a gustarle otro estilo tenemos poco que hacer. Aunque aquí se plantea una nueva pregunta: cuando conseguíamos contratos, ¿lo hacíamos igualmente por la moda de mi estilo?
Esdras. No es plato de gusto que una agrupación que ha alcanzado los niveles de Redención se vea en la situación actual, prácticamente desterrada de Córdoba. Como todo en la vida, las razones son múltiples y complejas: hay quien habla de descenso en su calidad musical, hay quien aduce problemas económicos acusando a sus dirigentes de no haberse sabido adaptar a la situación de crisis económica que venimos arrastrando desde hace ya varios años.
Por otra parte, la presión ejercida por agrupaciones "emergentes" venidas de fuera que, en algunos casos, han tirado los cachés por los suelos, nos sitúa en un panorama poco alagüeño. En cualquier caso y, como suele ser habitual en esta tierra de senequitas irredentos, siempre lo de fuera es mejor que lo propio y, así nos va.