Antonio Botella. En la tarde-noche del pasado 2 de agosto diversos diarios de prensa anunciaban el fallecimiento de D. Carlos Linares Delgado, natural del municipio cordobés de El Viso de los Pedroches, que contaba con más de setenta años de edad. Junto con sus familiares se tomaba unas vacaciones en la costa malagueña, concretamente, en la playa de Los Boliches en Fuengirola, donde feneció mientras se bañaba.
Dicha persona desempañaba la función de consiliario en la Hermandad del Resucitado, radicada en la Parroquia de Santa Marina, sede en la que cumplía labores de párroco. Asimismo, Carlos Linares era canónigo de la Santa Iglesia Catedral, Templo donde se celebró ayer tarde un funeral por su eterno descanso, cuya misa fue presidida por el Obispo de Córdoba, Mons. D. Demetrio Fernández González.
La mencionada hermandad ha recibido -por medio de las redes sociales- numerosos mensajes de apoyo por parte de las cofradías cordobesas, entre las que se pueden citar las de La Estrella, El Buen Suceso o El Descendimiento. Además de las corporaciones de la capital, la Hermandad de la Humildad, de Montilla, también ha mostrado su pésame, ya que Linares Delgado ejerció labores pastorales en la Parroquia de San Francisco Solano, sede que acoge a la entidad montillana, de la cual fue consiliario.
Manuel Murillo, hermano mayor de El Resucitado, define a Linares como una persona "cercana y colaboradora con todos los proyectos que hemos emprendido en estos 13 años junto a él", en unas declaraciones concedidas al diario ABC. Y no solamente era una figura colaboradora con la cofradía, sino que también lo ha sido con los más necesitados del barrio de Santa Marina, quienes se despiden de "un amigo y un hermano para todos nosotros".